Your browser doesn’t support HTML5 audio

Por Juan I. Martínez Dodda

“La producción ovina argentina se va a agrandar, pero en producción de proteína de carne, no en lana, porque la lana dejó de ser un commodity importante mientras que la carne es requerida en todo el mundo, eso sí, habría que hacer algunos cambios para empezar a vender distintos cortes de cordero envasados, el cordero entero ya no va, casi nadie sabe cómo trozarlo y la gente no tiene lugar para guardarlo en sus casas”, contó en diálogo con Santa Cruz Produce el administrador general de Estancia El Cóndor, de Compañía de Tierras Sud Argentino, Marcelino Díaz, quien analizó presente y futuro de la producción ovina nacional.

La ecuación no cierra

Si yo tuviera un campo que en donde pudiera tener pasturas y meter kilos (engordar el animal con pasto) me olvido de la lana, es un esquema de negocio que vi hace rato, ir hacia la producción de carne en lugares donde lo puedas hacer, Buenos Aires o el norte argentino, hoy incluso hay en Misiones, acá, en cambio, estamos limitados y no podemos abandonar la lana porque la ecuación nos cierra con ambos negocios“, contó Díaz.

Y graficó: “Te tocan tres años de sequía como fueron los últimos y te quedás sin carne, con baja señalada, pocos kilos al destete… en cambio, este año que tuvimos la gran nevada y lluvias, hay pasto, la hacienda está gorda, tenemos muchos corderos en buen estado, entonces ahí es distinto, pero en Patagonia, con uno de los dos negocios solamente no vivís, ahora bien, si tuviera un campo en el norte me dedico sólo a carne, no lo dudo”. Respecto de las lluvias, la media no alcanza los 300 milímetros por año, pero este han tenido 456 mm en lo que va del año.

A 70 kilómetros de Río Gallegos, sobre la Ruta 1, con 220.000 hectáreas, el Cóndor, donde está Díaz, es la estancia referente del esquema productivo ovino de la familia italiana Benetton en Argentina. En total, Benetton tiene más de 940.000 hectáreas distribuidas en las provincias Santa Cruz (60%), Chubut (33%), Río Negro (5%), y Buenos Aires (2%). Vale recordar que en 1991 el Grupo Edizione (que tiene inversiones en agricultura, alimentos, industria y deportes) compró Compañía de Tierras Sud Argentino, que en 2023 registró ingresos por 17,5 millones de euros.

La majada más grande

A menos de un lustro de arrancar, padecieron la gran nevada de 1995 que generó la pérdida de 35% de la majada. Había que hacer cambios y, sobre todo, organizar todo para poder clasificar la hacienda y desarrollar un plan sanitario adecuado, lo mismo que el nutricional.

Hoy, con un stock de 111.645 ovejas, allí se cría la majada Corriedale más grande de Argentina y de América. Llegaron a tener más de 100.000 animales en esquila, la última rondó los 80.000. La producción de lana este año fue de 413.000 kilos con rindes que oscilan entre los 4,3 y 4,5 kilos por animal. “Un muy buen ratio a nivel argentino, con rindes cercanos al 67%”, dijo Díaz. Respecto de la majada, mencionó que “podríamos tener 30.000 ovejas más, pero tenemos más de 18.000 guanacos, hay que hacer algo con esto”, apuntó.

Hacen esquila pre parto, lo cual facilita toda la gestión nutricional entre el cordero y su madre post parto. De los 80.600 animales que se esquilan al año, 60.000 son ovejas, 3.000 son carneros, 1.100 capones y el resto borregas que van a la reposición del 25%. “Este año con el pasto que tenemos se nos fue la finura arriba, estamos en 26 micrones de promedio cuando nuestro promedio es 24,5-25”, contó Díaz.

Reconversión lanera

Desde un comienzo, hace tres décadas, la decisión fue tener cabaña Corriedale propia y la genética de Cabaña Cóndor es reconocida en el mundo. Actualmente, están atravesando un cambio hacia lanas más finas con la incorporación de sangre Merino. “Seguimos teniendo nuestro núcleo Corriedale, pero empezamos cruzamientos con Merino para bajar el micronaje, obtener lanas más finas, pero con animales que sigan dándonos buena carne, que no pierdan rusticidad y precocidad”, explicó Díaz que está desde los comienzos en la estancia, pero tiene la experiencia y formación que legó de su padre hace 55 años.

La lana achica el mercado y su precio mejora a mayor finura que se obtenga.

Consultado sobre cuánto del negocio lo aporta la lana y cuándo la carne, Díaz contó: “En años normales, en una majada Corriedale tenías 60% de carne y 40% lana, siempre la lana Merino valía algo más o parecidas, pero si tenías Corriedale le ganabas ampliamente con lo que vendías de carne y corderos, pero los últimos años, la lana Merino vale más del doble que una Corriedale, entonces ya te cuesta mucho hacer los números“. De los 60.000 vientres que hoy tienen quieren destinar 10.000 a carne. Están haciendo cruzas con Dorper y Texel.

Así las cosas, empezaron a hacer cruzas para bajar finura, lo que les permite seguir siendo competitivos en la venta de lana, pero produciendo carne en cantidad y calidad, que es lo que les da la Corriedale. “No es una lana ni muy fina ni muy gruesa, pero estás para vender bastante bien la lana y después hacer la diferencia con animales y carne”, explicó Díaz. Para él, el mercado de lanas se achicó, la gente ya no usa ni trajes ni sacos como antes, ni se valora, salvo excepciones, la lana, entonces, sólo te pagan bien las finas. Las otras, no tienen valor o valen mucho menos. “Te pagan 1,40 dólar por una lana de 28 micrones contra 4 dólares una de 22 micrones y hasta 5,5 6 dólares a medida que es más fina“, indicó.

¿Cómo vendemos la carne?

¿Se podría comenzar a vender cordero por corte y no por pieza?

Es un negocio que nunca se manejó bien, porque antes, el negocio nuestro era exportar porque te la sacaban de las manos, vendías un contenedor si querías, hoy está tan caro producir en Argentina que no somos competitivos para vender a fuera porque el costo de la mano de obra nuestra es muy alto”, apuntó Díaz.

Si se puede obtener mayor rédito en el mercado interno, pero no hay consumo. “Porque nunca nos ocupamos de desarrollarlo, vendiendo bandejas de chuletas, costillas, paleta, una pierna, milanesas, hamburguesas, yo te puedo asegurar que, si vas al supermercado y tenés medio kilo o un kilo la gente lo agarra, pero nosotros nos acostumbramos a vender el cordero entero y hoy cada vez menos saben trozarlo y no tienen lugar para guardarlo”, explicó Díaz.

En este contexto reconoció: “Los productores somos los que no hemos hablado con los frigoríficos para que puedan hacer los cortes como en Europa, donde vos vas a cualquier tienda y hay bandejas de medio kilo o un kilo, trozado, lo mismo en Estados Unidos, incluso en Chile, donde obligan a los productores a tener un animal más grande para luego tener más rendimiento al corte y poder exportarlo”.

Frigoríficos

Cabe remarcar que el Grupo Benetton tiene bajo su ala el frigorífico Faimali que cuenta con dos plantas procesadoras de cordero y liebre y en junio de este año se convirtieron en el socio número 62 del frigorífico Estancias de Patagonia.

Así las cosas, la empresa Ganadera Cóndor SAU y Compañía de Tierras Sud Argentina, integrantes del Grupo Benetton y propietario del Frigorífico Faimali SA, de Río Gallegos, cedieron el total accionario a favor de Estancias de la Patagonia SA, quien a cambio le dio un 5% de las acciones de la sociedad.

Por lo que la alternativa planteada por Díaz podría tener eco y lograr vehiculizarse. Pero no sólo se trata de cortar, también de trabajar mucho en difusión, hablar con chefs y cocineros, contar qué plato se puede preparar con qué cortes, asemejarlos a las preparaciones con cortes bovinos o porcinos, incluso de pollos, porque es lo que los consumidores están más acostumbrados a preparar.

Leé más notas de Juan I. Martínez Dodda

Ver comentarios