“Renacer desde todo el dolor que mi alma lleva a cuestas”. Fue el deseo que  compartió Viviana Colmenero al cumplir 50 años de vida, en sus redes sociales.

Alejada de las cámaras y de todo lo que la vinculó al mundo del espectáculo, la ganadora de GH3 hizo un largo posteo en el que contó cómo fueron estas décadas de su vida. Durante los últimos 10 años, fue madre otra vez, dejó que su hijo mayor se independizara y tuvo una pérdida muy dura: la de su madre.

Así lucía Viviana en GH3.

“A horas de terminar con una década en mis años de vida. Década dónde tuve a mi segundo hijo hermosa bendición, y al mismo tiempo aprendiendo a soltar a mi muñeco más grande dejándolo ser libre y feliz su camino continuar”, escribió en la primera parte del posteo que se puede ver en Instagram y Facebook.

En primera persona

Luego detalló que en esta década “fui perdiendo y fui ganando en la batalla diaria”. “Década dónde lamentablemente me quedé sin mi mamá físicamente, de grandes sufrimientos familiares y otros males”, apuntó.

El posteo en Instagram expresó que: “no todo es malo… la lucha por el sentido de la vida continúa porque creo en muchas otras conexiones universales que no se pueden describir con las palabras. Así que si tengo que pedir un deseo para este medio siglo de vida que estoy por cumplir será el “RENACER” desde todo el dolor que mi alma lleva a cuestas. Paz, amor y salud para todos”.

Viviana se consagró ganadora de Gran Hermano tercera edición tras ganarle a Mauricio Córdoba, Romina Orthusteguy y Matías Bagnato, que salieron en segundo, tercero y cuarto lugar respectivamente. Aquella edición fue buena en mediciones de rating pero no tan buena como las dos ediciones anteriores por eso Telefe decidió hacer un impas de varios años para volver a llevar este reality al aire.

Viviana Colmenero junto a su hijo mayor, ese al que tanto añoraba durante el encierro voluntario.

Con el premio, Viviana logró comprar un departamento en el barrio porteño de Belgrano. Luego, en el 2008, estudió astrología y se dedicó a la venta de bijouterie que ella misma hacía en acero quirúrgico.

En el plano afectivo fue mamá de Ciro y vio “volar” a su hijo mayor que es motor también de su vida.

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