Hilda Bernard acumuló más de 60 años en radio, televisión, teatro y la pantalla grande argentina. Este viernes 29 de octubre cumplió 101 años y aquí un breve recorrido por su trayectoria.
“Cada personaje hay que armarlo y pensarlo mucho. Por lo general, y sobre todo en televisión, a mí siempre me han dado personajes de mala y me gustan mucho, porque son roles fuertes. No me atraen los personajes débiles para nada”, había definido Hilda tiempo atrás.
Hilda nació en la localidad santacruceña de Puerto Deseado, el 29 de octubre de 1920, de ancestros ingleses, belgas y austríacos.
Al mudarse a Buenos Aires, estudió en el entonces Conservatorio Nacional de Arte Dramático y en 1941 debutó en el escenario del Cervantes en una versión de “Martín Fierro”, con un papel de vendedora de empanadas que ganó por concurso.
Su primera gran popularidad residió en aquellos programas, con Casco, Eduardo Rudy y Fernando Siro en El Mundo; a principios de los 50 estuvo en Radio Splendid como primera figura de un ciclo libretado por Nené Cascallar –”Mi esposa se quiere casar”, con Nydia Reinal y también con Casco”- y regresó a su emisora madre con títulos como “No quiero vivir así” y “Alguien para querer”.
En teatro participó en “Los mirasoles” e “Islas Orcadas” (ambas en 1942), “Las de Barranco” (1962) y “Mataron a un taxista” (1970). En 1983 participó del ciclo Teatro Abierto con “Concierto de aniversario”, de Eduardo Rovner, con dirección de Sergio Renán, que se repuso modificada en el San Martín en 1991 y en el que ella repetía su papel.
Dos puntos altos de su carrera fueron “El último encuentro” (2010), de Sándor Márai, junto a Duilio Marzio y Fernando Heredia, dirigida por Gabriela Izcovich, y “8 mujeres“, de Robert Thomas, con Katja Alemann, Cecilia Dopazo, María Leal, Emilia Mazer, Norma Pons, Juana Repetto, Mónica Villa y Chunchuna Villafañe, con dirección de José María Muscari. Allí repetía el papel de abuela que Danielle Darrieux hizo en la película de François Ozon.
En televisión, Bernard ocupó el rol de “la villana” en novelas como “Antonella”, “Soy Gina”, “Chiquititas”, “Los simuladores”, “Tiempofinal”, “Rebelde Way”, “Floricienta”, “La niñera”, “Los exitosos Pells”, “Lo que el tiempo nos dejó” e “Historias de la primera vez”.
En el cine debutó con “Mala gente” (1951), de Don Napy, cuando su estrellato radial era pleno, y a esa película siguieron títulos como “Enigma de mujer” e “Historia de una soga” (1956), “Vení conmigo” y “Autocine mon amour” (1972), “La flor de la mafia” (1974), “Seis pasajes al infierno” (1976, de Fernando Siro), “Días de ilusión” y “Rosa de lejos” (1980), “Diapasón”, 1986, de Jorge Polaco.
En 2004 participó en una peculiar película de terror coproducida con Estados Unidos y hablada en inglés, “La sombra de Jennifer“, junto a varios intérpretes argentinos y estelarizada por la hollywoodense Faye Dunaway.
En 2014 fue nombrada Ciudadana Ilustre por la Legislatura porteña y sufrió un ACV del que pudo salir airosa, pero comenzó a pensar que su etapa artística estaba concluyendo.
Un año antes había participado del ciclo televisivo “Los Grimaldi, una familia de locos” y en la obra “Póstumos”, un emprendimiento demasiado fúnebre de Muscari en el teatro Regio y hacia 2015 se le otorgó un Martín Fierro a la trayectoria (el segundo que mereció tras ganarlo en 1992 como actriz de reparto por su labor en “Antonella”).
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