Según informó la representación de la Agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura en el país, una plaga de langostas ya cruzó el río Paraná y llegó a la provincia de Corrientes cerca del límite con Entre Ríos.

La langostas del desierto “puede impactar en la actividad agrícola en forma directa y a la actividad ganadera de forma indirecta, alimentándose de los recursos forrajeros y producir daños, también, en la vegetación nativa”.

Desde Paraguay, la especie ingresó el 21 de mayo pasado a Formosa, en donde se instaló definitivamente siete días después.

La plaga partió del departamento formoseño de Pilagás, en el este de Formosa, y desde allí continuó avanzando hacia las provincias de Chaco y Santa Fe, impulsadas por el viento procedente del norte.

El martes pasado fueron avistadas en la región de Santa Fe, a 250 kilómetros de la frontera con Brasil.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) considera a la langosta del desierto “la plaga migratoria más destructiva del mundo”. Una nube de un kilómetro cuadrado de estos insectos puede consumir la misma cantidad de alimentos que 35.000 personas.

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