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No son amenazas. La idea de conducir a Aerolíneas Argentinas a su tercera privatización forma parte de la plataforma electoral de Juntos por el Cambio y de Libertad Avanza. La compañía, que celebró este lunes quince años desde su recuperación como aerolínea de bandera nacional, es sometida hace mucho a una encrucijada dialéctica en la que la oposición la presenta como un problema. Déficit por sobre la soberanía y la necesidad de unir al país. Pero, ¿cuáles son los números de Aerolíneas?

En el acto del lunes, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner recordó que cuando tomó la decisión de reestatizar la compañía, en 2008, el Gobierno pagaba los salarios del personal y el combustible para los vuelos. Es decir, que la privatización se arrastraba de los noventa. Desmantelada por empresarios, Aerolíneas era inviable.

“Cuando escucho a alguno decir que va a privatizar…. Pero eso ya lo hicieron y fue horrible, fue ruinoso para el país y fue ruinoso para la conectividad argentina. Claro, porque a Calafate quieren viajar todas las líneas, a Bariloche también, a Tierra del Fuego, a las Cataratas, a Purmamarca, pero hay lugares de nuestro país que si no llega Aerolíneas Argentinas, no tienen vuelo. Río Gallegos, me hago cargo que no es un destino turístico, pero estamos a más de 2.000 kilómetros de la Capital Federal”, explicó Cristina.

Quienes dicen que van a privatizarla en caso de llegar al Gobierno el 10 de diciembre son Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, José Luis Espert y Javier Milei, sólo por mencionar a algunos, pero que coinciden en el discurso: Aerolíneas da pérdidas.

En declaraciones al programa Distancia de Rescate, que se emite por LU12 AM680, la secretaria de Gestión de Transporte del Ministerio de Transporte de la Nación, Jimena López, sostuvo que “estos candidatos consideran que esto se puede llevar a cabo: privatizar nuestra línea de bandera. Y no sólo hay que pensarlo en términos económicos sino de soberanía, porque vamos a perder la posición de los controles, Aerolíneas posibilita que ejerzamos el control sobre el resto de las aerolíneas que vuelan en suelo argentino“.

Luego de poner en valor a las y los pilotos, al equipamiento y al centro de formación, López sostuvo que “estamos discutiendo un proyecto de país” y dijo que entonces, “cuando alguien dice que va a privatizar una empresa del Estado, dice que el Estado es mejor cuando es chico. No es así, y un caso emblemático fue Lufthansa, la línea de bandera alemana, sostenida por el Ministerio de Economía alemán, y que en la pandemia salieron a solventar para que no quebrara y es un país que se toma como modelo. ¿Y nosotros vamos a privatizar nuestra aerolínea de bandera?”, se preguntó.

La funcionaria sostuvo que los candidatos de la oposición pelean por la posición en el mercado de las empresas extranjeras que en el macrismo tuvieron su auge, aunque la revolución de los cielos tampoco alcanzara a todo el país. De hecho, a Río Gallegos no llegó ninguna low cost.

“La desregulación del Estado permite muchas más cosas que la tarifa a bajo costo para volar, también se desregulan los salarios, el piso del personal aeronáutico es acorde a los riesgos que se toman, no se habla sólo del libre comercio, sino de atentar contra la soberanía, la patria, contra asalariados del sistema. Se ha creado como una entelequia de que Aerolíneas es deficitaria para decir que no sirve. Las aerolíneas de bandera tienen una función social que es conectar los puntos del país para que la gente tenga acceso“.

Indicó además que “estas propuestas lo que hacen es pensar en una macroestructura porteña y quienes venimos de otros lugares vemos que las revoluciones de los cielos y las leyes de derrame no llegan. No entienden por qué apostamos a la mayor cantidad de rutas, donde no sólo prima la ganancia económica”.

Este martes, el diputado santacruceño Máximo Kirchner presentó un proyecto en defensa de Aerolíneas Argentinas, a través del cual se modifica la Ley 26.466, para prohibir la transferencia de las acciones sin la autorización del Congreso de la Nación.

Propone “introducir un párrafo quinto al artículo 1° de la Ley 26.466, con el fin de replicar el requisito establecido en el Art. 10 de la Ley 26.741 de YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales), en cuanto a la prohibición de la transferencia de las acciones sin la autorización del Congreso de la Nación votada por las dos terceras partes de sus miembros”.

En este sentido, se agrega que “si bien la Ley 26.466 declara la utilidad pública de las acciones de Aerolíneas Argentinas SA, no previó un mecanismo que limite la transferencia de aquellas acciones, por lo que es necesario establecer el alcance de dicha utilidad y plasmar una de las voluntades de la ley o el espíritu o finalidad”.

Sobre esto, la secretaria de Gestión de Transporte del Ministerio de Transporte de la Nación sostuvo que el proyecto de Kirchner “tiene mucho de protección social de la empresa. Si van a vender acciones de Aerolíneas, tienen que tener aprobación del Congreso y esas aprobaciones se tienen que dar por mayoría. Me parece muy bien que el organismo de control de cómo se puede llegar a desguazar una empresa esté adentro del Congreso. Fui legisladora hasta diciembre y me parece importante que la ciudadanía sepa quiénes entregan la Patria a la hora de votar“, cerró.

Sólo en materia de conectividad, la aerolínea de bandera es el principal motor de la expansión del mercado local, pasando de transportar 5.700.000 en 2008 pasajeros a 11.685.000 en 2022 y con expectativa de superar en 2023 los 13.500.000 pasajeros, cifra que sería récord para la compañía.

Durante la primera gestión estatal (2010-2015), la gestión macrista y la actual, se evidencia que: entre 2010 y 2015 se redujo el déficit año tras año y la empresa terminó con un déficit de 200 millones de dólares. Entre 2018 y 2019, los dos últimos años del gobierno de Mauricio Macri, el resultado fue de 552 millones 667 millones de dólares de déficit respectivamente. En 2020, aún en plena pandemia y crisis de todas las compañías aéreas a nivel global, se redujo a 654 millones de dólares y en 2021 se cerró con 438 millones de dólares de déficit.

Durante 2022, los aportes del Estado a la empresa fueron de 353 millones de dólares, lo que representa el 50% de lo recibido en 2021. Aerolíneas recibió sólo el 65% del presupuesto proyectado para ese año. De un presupuesto de 72 mil millones de pesos, aprobado por la ley de presupuesto, sólo se utilizaron 47 mil millones, pero Aerolíneas giró al Tesoro 83.000 millones de pesos en impuestos pagados. Esto significa que si Aerolíneas no existiera, el Tesoro perdería 36.000 millones de pesos de recaudación de impuestos. Y este año es mayor la diferencia: el Tesoro giró 6.000 millones de pesos y Aerolíneas transfirió 82.000 millones de pesos.

En cuanto al impulso que el transporte aéreo genera en la economía, en el año 2022 Aerolíneas aportó 6.000 millones de dólares al PBI nacional y además tuvo la pérdida más baja desde la reestatización: 246 millones de dólares. No sólo se está logrando que la compañía requiera menores aportes, también su peso relativo en el presupuesto nacional se achica año tras año. En 2023, Aerolíneas representa el 0,31% del presupuesto total de gastos, mientras que en 2019 era de 0,48%.

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