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La inflación en la Patagonia mantiene particularidades que la diferencian del promedio nacional. Así lo explicó César Vicente Herrera, director del Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), en diálogo con Radio LU12 AM680 al analizar los últimos números difundidos por el INDEC, y el relevamiento de la canasta básica.

Según el estudio, una familia tipo en Río Gallegos necesita alrededor de $700.000 mensuales para cubrir la canasta básica de alimentos, mientras que el ingreso requerido para no caer bajo la línea de pobreza se aproxima a $1.050.000. Herrera aclaró que se trata de una canasta “muy básica”, sin productos premium, y que los cálculos reflejan precios promedios relevados en supermercados de la región.

Uno de los datos más relevantes es el comportamiento de la carne, que registró un incremento del 83% interanual, casi el doble que el promedio de la canasta, que aumentó un 42%. “La carne está sobre reaccionando, con un comportamiento caótico en términos de análisis de señales. No sigue un patrón estable y eso distorsiona la percepción de los precios”, señaló el economista en diálogo con “La Decana de la Patagonia”.

Carne y sus derivados, como pollo, pescado, cerdo y fiambres, aumentaron un 83%, casi el doble de la canasta”, sostuvo.

El informe también reveló que en los últimos dos años los precios en Patagonia pasaron de estar alineados con los del resto del país a ubicarse por encima, un fenómeno que Herrera vinculó con la salida de cadenas extranjeras y la llegada de operadores nacionales. “Antes había cierta homogeneización de precios a nivel país, pero ahora la logística encarece mucho más el abastecimiento en el sur”, explicó.

El contador y docente universitario César Herrera.

El relevamiento, que incluyó más de 17.000 precios en cinco cadenas de supermercados de Comodoro Rivadavia, mostró que tras la última devaluación de abril, la mayoría de los valores se mantuvo estables: el 94% de los productos no registró cambios, un 3% subió y un 2% bajó. Sin embargo, Herrera remarcó que la percepción de los consumidores puede ser distinta si los bienes que compran habitualmente están entre los que aumentaron.

En ese sentido, el especialista detalló además cómo reaccionan los distintos rubros ante los saltos cambiarios: frutas y verduras presentaron una sobre reacción inicial antes de estabilizarse; pan y cereales tuvieron un alza fuerte y luego se mantuvieron; y los lácteos avanzan de manera lenta pero sostenida hacia los nuevos niveles de precios.

De cara a los próximos meses, el Observatorio lanzará una versión renovada de su web de precios que permitirá a los usuarios de Patagonia elaborar listas de compras personalizadas y comparar valores entre supermercados, anticipó Herrera y destacó que “será una herramienta práctica para planificar el gasto familiar y encontrar el precio más conveniente”.

Con un escenario inflacionario que sigue presionando sobre los ingresos, el economista insistió en que los datos deben analizarse rubro por rubro y considerando las particularidades logísticas de la región. “En Patagonia el impacto de la inflación es diferente, y eso obliga a mirar con más detalle qué está pasando en cada segmento del consumo”, concluyó.

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