Por Jorge Cicuttin
Años atrás, cuando competía contra el kirchnerismo, Sergio Massa acuñó la frase de marchar sobre la “ancha avenida del medio”. Como muchos candidatos hablaba de terminar con la grieta como una condición indispensable para sacar al país del pozo en que se encuentra. Para eso, aún hoy algunos lo siguen sosteniendo, hay que dejar de lado los enfrentamientos políticos, la violencia verbal, y ponerse a trabajar por la Argentina sin caer en los extremos.
Nada de eso ocurrió. La vida política en la Argentina se caracteriza hace años por una grieta que, en algún momento, todos abonan y tratan de aprovechar. Hasta el propio Alberto Fernández al asumir en 2019 prometió terminar con la grieta. Así llegamos a las elecciones 2023, una de las más duras que se recuerden desde el retorno de la democracia.
Ya cerradas las alianzas y con los nombres de los candidatos puestos, hoy tenemos tres fuerzas en condiciones de dar batalla para llegar al poder. El peronismo en el Gobierno, Juntos por el Cambio que intenta el regreso y la aparición de las fuerzas libertarias en la figura ultrapersonalista de Javier Milei.
¿La “ancha avenida del medio” es una posibilidad? La respuesta a este interrogante político es compleja: las dos fuerzas mayoritarias hablan de unidad aunque se estén tirando con artillería pesada y la tercera fuerza en discordia directamente apuesta a dinamitar todo. Las propuestas del camino a seguir van de una avenida amplia y de consenso a una ruta de mano única que se tomará a toda velocidad.
En Juntos por el Cambio esta diferencia de caminos los deja al borde de la explosión. El corto de campaña que Patricia Bullrich subió a las redes la muestra a bordo de un automóvil pasando por arriba a sus rivales y a los problemas de la Argentina a una velocidad extrema. Los pasa por arriba y ni mira por el espejo retrovisor. Así plantea Bullrich la dura interna de cara a las PASO. El mensaje no podía ser más claro.
“La unidad es necesaria, pero entre la unidad y el cambio lo más importante es el cambio”, dijo Mauricio Macri, alentando las bravuconadas de “Pato”.
En Juntos por el Cambio hay dos caminos claros y diferentes para triunfar en las PASO. Horacio Rodríguez Larreta no habla de la “ancha avenida del medio” pero propone construir una nueva mayoría junto a los peronistas no kirchneristas -como intentó con el cordobés Juan Schiaretti-, liberales como José Luis Espert, Margarita Stolbizer y, especialmente, radicales alejados del macrismo duro.

¿La derrota de Luis Juez en Córdoba en manos de Martín Llaryora fue un punto a favor del camino larretista? Así lo sintieron en las cercanías del jefe de Gobierno porteño.
Las elecciones en Córdoba marcaron lo fuerte de la pelea dentro de la principal fuerza de oposición.
La infaltable Elisa Carrió sigue echando más combustible al fuego interno. “El PRO se dividió entre sectores de centro y de extrema derecha“, advierte la líder de la Coalición Cívica. La ex diputada sostiene que ese camino puede terminar en crisis social y represión.

Lilita no oculta su predilección por el camino que ofrece Rodríguez Larreta a diferencia del propuesto por Bullrich y Macri. Lo explica así: “Cuando se hace la Coalición de Juntos por el Cambio en 2015, que nos permite derrotar al kirchnerismo, se hace sobre la base de no salirnos del centro, el lugar de convergencia. Y en la actual crisis del país y lo que va a vivir hasta el año que viene -por la recesión, la inflación, el salto de devaluatorio que puede haber- no te podés ir de una banquina a otra.”
La “ancha avenida del medio” versión Carrió.
Y si de nafta al fuego hablamos, en Santa Fe el incendio opositor toma fuerza. La precandidata a gobernadora Carolina Losada aseguró que no iba a hacer campaña en las generales junto a su rival en las PASO, Maximiliano Pullaro, por “profundas diferencias éticas y morales” y dejó al frente Unidos para Cambiar Santa Fe al borde del quiebre. Las declaraciones las hizo después de reunirse en Rosario con Patricia Bullrich.

Rodríguez Larreta dejó en claro el camino por el que pretende avanzar al señalar públicamente que el que utilizó Macri en 2015 fue un fracaso y, por si hacía falta, aclaró que es el mismo que sigue Bullrich. Ésta no tardó en contestarle. Lo trató de “ventajero”, “oportunista” y que “hace cualquier cosa por un voto”.
A tal punto está la pelea que en el larretismo llegan a poner en duda que Bullrich acompañe a Juntos por el Cambio si pierde. Sospechan que podría terminar en un frente con Javier Milei.
Lo cierto es que lejos de tranquilizarse, se advierte que hay cero diálogo entre las partes. En este momento entre Larreta y Bullrich no hay canales de comunicación, siquiera uno a través de segundas líneas.
También difieren en lo que significa para la interna la proclamación de Sergio Massa como candidato del oficialismo. En el larretismo critican a Bullrich con el siguiente razonamiento: “El kirchnerismo se corrió al centro y ella cree que le gana llamando solo a los extremistas. Está equivocada, hay que recuperar votos de centro, porque ese es el camino que quiere la gente. Lo mejor que le puede pasar a Massa es que gane Bullrich la interna”.

En el entorno de Bullrich sostienen lo contrario. Dicen que “Massa se parece a Horacio, por eso hay que insistirle a la sociedad que el único cambio va a ser votando a Patricia. Lo otro es más de lo mismo”.
Bullrich sigue tensando la cuerda, por más que eso la lleve a cometer graves errores por lo que luego debe retractarse. Eso paso hace horas con un tema sensible como el de la educación. “Pato” criticó el sistema universitario diciendo que hoy el 50% de los estudiantes en el país son extranjeros. Una metida de pata brutal. Son solo el 5%. Tuvo que salir a disculparse, con todo lo que significa para una “dura” como ella admitir un error.
Son caminos muy distintos de cara a las PASO. Y están acelerando. ¿Pueden chocar?
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