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Por Sabrina Pont

Los tiempos electorales aceleraron la concreción de una medida que las empresas mineras venían reclamando hace más de un año: ser parte del paquete de sectores beneficiarios de algún tipo de dólar diferencial. Si bien en un primer momento la resolución tuvo una salvedad en el anexo que excluyó del beneficio a la plata en bruto, el litio y sus derivados, tras la queja de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) se amplió la normativa para abarcar a todas las categorías que no habían quedado comprendidas en el inicio.

El atraso cambiario afecta a todas las empresas de nuestra industria. Por lo tanto, desde la CAEM abogamos por el acceso a un tipo de cambio que sea coherente con el otorgado a otras actividades exportadoras”, reclamaron desde la entidad empresaria en un comunicado. Y en ese marco, señalaron que “para continuar invirtiendo y mantener el ritmo de producción que caracteriza a nuestro sector, es esencial que el ´dólar minero´ sea accesible para todas las exportaciones mineras y no se limite únicamente a una parte de ellas. En línea con ello, es imprescindible que las SIRAS y SIRASE que se encuentran pendientes sean aprobadas para continuar con los esquemas productivos”, agregaron.

Hubo cuatro intentos de lograr un “dólar minero” hasta llegar a la opción de octubre.

Realidad distinta, reclamo similar

Si bien dentro del sector minero conviven diversas realidades –oro y plata, en declive, litio y cobre, en potencial-, la inestabilidad macroeconómica es un problema común y prioritario para todos los minerales.

Ante la consulta sobre si el sector minero requiere estabilidad económica o mayor certidumbre política, la directora ejecutiva de CAEM, Alejandra Cardona, dijo a Santa Cruz Produce que “fundamentalmente, es la macroeconomía lo que se tiene que resolver y dar la luz verde“. “Políticamente también si se quiere, porque hay un factor que influye en este ítem que es la confianza. Normalmente, cuando hay renovaciones o cambios de gobierno se respira un aire distinto. Pero eso debe ser acompañado de otras señales de la macro que, por lo menos el sector, necesita para poder avanzar”, señaló.

“Es la macroeconomía lo que se tiene que resolver y dar luz verde”.

Con respecto a Santa Cruz, la principal exportadora de oro del país, desde Santa Cruz Produce se le preguntó a la directora de la CAEM si el cambio de gobierno ¿generó algún cambio de expectativas o de escenario?

Y la respuesta fue concreta: “No, hay una percepción con respecto a que las nuevas autoridades entienden acabadamente que la minería le ha dado a la provincia un beneficio y que es necesario que esto se sostenga en el tiempo, por lo que sea que duren los proyectos en el transcurso de esta nueva gestión. Es un empezar de nuevo, si se quiere, pero no se ha expresado otra cosa distinta a eso”, respondió la ejecutiva.

Largo plazo

Los proyectos mineros están pensados para muy largo plazo. No transcienden un gobierno, transcienden dos y hasta tres y a veces más. Sobre eso, Cardona indicó que “los proyectos mineros deben ser pensados con esa mirada de largo plazo, pero también debemos ser capaces de identificar qué cosas son las que se dan en cada una de las etapas en las que se desarrolla la actividad”.

“La actividad minera tiene mucho de exploración. En esa fase, el sector privado invierte a riesgo y si no prospera el proyecto, se cree que se pierde lo invertido, pero no es así. En esa fase se desarrolló un montón de conocimiento que queda para la provincia, se instala capacidad, recursos humanos, se traccionan proveedores, se contratan servicios locales. Entonces, hay un dinamismo sólo en la fase de exploración que después se potencia”, describió la directiva. “Construcción es el pico máximo de empleo y es lo que más motoriza y dinamiza las regiones. Esperar sólo la producción, que es como la frutilla del postre a todo el proceso, es soslayar todo este camino que es sumamente importante y que, si los gobernantes pueden verlo así acabadamente, van a poder visualizar y comunicar mejor los beneficios”, completó.

El dólar minero que se logró fue, en realidad, una suerte de adelanto de exportaciones.

En cuanto al “dólar minero”, cabe recordar que al menos hubo cuatro intentos durante la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía en los que se buscó lograrlo. La primera fue a fines del año pasado, pero no avanzaron las negociaciones. Luego, los empresarios mineros volvieron a reunirse con el equipo del Palacio de Hacienda antes de las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO), pero la expectativa de una devaluación post primarias -que luego se concretó- echó por tierra la posibilidad de cerrar un número.

La actividad minera es de largo plazo, ya que tiene mucho tiempo de exploración.

Hacia fines de septiembre se buscó acercar algunas fichas sin éxito y, finalmente, fue en medio de la disparada del dólar blue, apenas diez días antes de las elecciones generales, el contexto en el que se logró la confirmación de la medida en el Boletín Oficial, que permitió que las empresas mineras ingresaran el 25 por ciento de sus exportaciones a un tipo de cambio más atractivo (que es el contado con liquidación), aunque sólo para las ventas al exterior realizadas entre el 30 de septiembre y el 20 de octubre, fecha límite del programa.

El tire y afloje de todas las negociaciones previas redundó en un pedido que el Gobierno nacional ponía como condición, que las mineras no podían complacer. En minería, las operadoras no tienen un stock disponible de metales para liquidar, como sí sucede con el agro. Por esa razón, lo que se acordó fue un adelanto de exportaciones.

EN ESTA NOTA Con Firma Minería

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