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Por Florencia Golender
El consejo directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) definió esta tarde fecha de movilización y paro general. En Casa Rosada admitieron ante cronica.com.ar que será “medio complejo conseguir que den marcha atrás” aunque destacan que el diálogo no está roto. “Hablaremos con los dirigentes”, confiaron.
Sobre el momento de la convocatoria, una alta fuente del gobierno de Javier Milei le aseguró a este medio que la CGT se envalentonó, “se vio presionada con las circunstancias recientes”, en referencia a las protestas en las últimas marchas de los jubilados junto a hinchas de fútbol y, entre otros, algunos gremios que integran la central obrera respaldados por su apoyo institucional.
En Casa de Gobierno entienden que si logran generar un encuentro con la cúpula de la CGT (el triunvirato lo integran Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello -en reemplazo de Pablo Moyano) u otros integrantes de peso, es posible que se realice la semana próxima en algún espacio que dispongan los gremialistas.
Hasta ahora, por la gestión libertaria, encabezó esas reuniones el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Alguna vez, se sentó también a la mesa el asesor presidencial, Santiago Caputo.
Para los jefes sindicales las fotos de septiembre 2024 en Balcarce 50 no han tenido ecos internos de alivio. Por el contrario, los pedidos de paro general les llegan desde las bases y se escuchan en diversas protestas, las más recientes fueron las de los últimos miércoles por una mejora de los haberes jubilatorios. El reclamo que los persigue hace rato es por los salarios de los trabajadores formales, que arrastran muchos años de pérdida de poder adquisitivo, en paralelo con una caída más profunda de los ingresos de los informales.
En el gobierno no desconocen esta presión sobre la CGT. Tampoco dudan en marcarles a sus autoridades que “se durmieron”. En las reuniones paritarias que coordina la Secretaría de Trabajo, igualmente, la pauta del 1% mensual comienza a hacerse realidad, mientras la inflación continúa por encima del 2%.
Con poco margen para evitar el llamado a huelga, la central obrera la convocó finalmente para el próximo jueves 10 de abril. Un día antes, el miércoles 9 de abril habrá movilización en distintos puntos del país y a Plaza de Mayo en el centro porteño.
En las filas libertarias con acceso al despacho de Milei reina la calma tras la aprobación del DNU en el cual el Presidente habilitó la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El gobierno consiguió la mayoría suficiente en el Congreso para agrupar respaldo político al nuevo préstamo, sobre el cual no hay detalles de las condiciones y monto a desembolsar.
Además, celebran que el operativo policial de la marcha de los jubilados de este miércoles no haya terminado con múltiples escenas de represión como las del anterior. “Desde el punto de vista del Poder Ejecutivo no hubo excesos”, aclaran sobre el miércoles 12.
A la espera de que se revelen las condiciones del acuerdo con el FMI y si tendrá impacto en el precio del dólar en la Argentina (y, por ende, en el poder adquisitivo del salario), en Casa Rosada mantienen firme la postura respecto a la necesidad de una reforma laboral ya que sostienen que “hay que resolver un sistema que no protege a todos, hay que incorporar más trabajadores a la formalidad”.
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