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En un gimnasio colmado de energía y camaradería, se celebró el fin de semana el Torneo Patagónico de Tenis de Mesa, organizado por la Escuela Ulloa de Río Gallegos. Más de 140 jugadores arribaron desde distintos rincones de la Patagonia y la Cordillera para medir sus reflejos y destrezas: delegaciones de Trelew, Las Heras, Caleta Olivia, Río Turbio, Puerto Natales y Punta Arenas, junto a diez clubes de la región y los propios anfitriones de la Escuela Ulloa. El certamen comenzó el viernes a las 18:00, continuó el sábado de 9:00 a 20:00 y concluyó el domingo con las definiciones de dobles mayores y dobles menores. Las categorías abarcaron desde Sub-9 hasta Maxi 55, con un rango de edades que fue de los 5 años hasta los 83 años, consolidando un verdadero encuentro intergeneracional.

La jornada de apertura arrancó el viernes por la tarde con los cruces de grupos y eliminatorias tempranas, mientras que durante el sábado se disputaron los cuartos de final y semifinales en cada división. El domingo quedó reservado para los cotejos decisivos de dobles, en los que se vivieron momentos de tensión y emoción, sobre todo cuando los veteranos de Maxi 40 y Maxi 55 pelearon cada punto con la garra que caracteriza al tenis de mesa patagónico.

En la categoría Sub-9 damas, se consagró Eluney Márquez (Ulloa), mientras que en Sub-9 varones el título quedó en manos de Thiago Ulloa (Ulloa). En Sub-11 damas, la mejor fue Agostina Ullpa (Ulloa), y en Sub-11 varones se coronó Dieguito Ulloa (Ulloa). En Sub-13 damas, la campeona fue Kiara Menares (Ulloa), mientras que en Sub-13 varones el podio lo lideró nuevamente Dieguito Ulloa (Ulloa). En Sub-15 damas, volvió a imponerse Kiara Menares (Ulloa), y en Sub-15 varones el trofeo de campeón correspondió a Santiago Álvarez (Club local). En Sub-18 damas, la victoria fue para Luana Paredes (Río Turbio), y en Sub-18 varones se alzó con la copa Sebastián Ojeda (Caleta Olivia). En la franja de Sub-23 damas, el oro también recayó en Luana Paredes (Río Turbio), y en Sub-23 varones el título fue para Leandro Ulloa (Ulloa).

La categoría Maxi 40 damas tuvo como campeona a Angélica Truncado (Ulloa), mientras que en Maxi 40 caballeros el ganador resultó ser Juan Whitehead (Ulloa). En Maxi 55, el primer puesto lo ocupó Ramón Díaz (Ulloa), que superó a varios rivales de amplia trayectoria. En Tercera/Cuarta damas, se impuso Valentina Álamo (Club Spin), y en Tercera/Cuarta varones el título correspondió a Felipe Aguilar (Club Spin). En la categoría Segunda, el campeón fue Carlos Plasencio (Club local), y finalmente, en Categoría Mamás, la medalla de oro se la llevó Karen Baragioli (Ulloa).

Sin embargo, el Torneo Patagónico tuvo un capítulo muy especial que llegó más allá de la competencia: se celebró la fuerza de un deporte que une y transforma. El caso de Ciro Esparza, el jugador más chico con discapacidad (PCD) de la Escuela Ulloa, marcó un antes y un después en esta edición. Tras ser derivado a Buenos Aires para una cirugía, Ciro no pudo estar presente en Río Gallegos, pero recibió el cariño y el apoyo de los jugadores y cuerpo técnico de FATEMA (Federación Argentina de Tenis de Mesa Adaptado), quienes lo recibieron en la Copa Tango para acompañarlo y alentarlo en su recuperación. “Cada sonrisa que vivió Ciro junto a ustedes fue gracias a ese gesto de solidaridad”, expresó uno de los entrenadores locales al agradecer la calidez de los campeones adaptados. La Escuela Ulloa transmitió un agradecimiento especial a Elías Romero y Gabriel Copola, referentes de FATEMA, y a Vicente Vidal, por compartir su tiempo con “Cirito” durante el torneo.

La entrega de premios, que se realizó el domingo por la tarde, contó con la presencia de autoridades de la Secretaría de Deportes de Santa Cru y del SOEM (Sindicato de Empleados Municipales).

El Torneo Patagónico de Tenis de Mesa organizado por la Escuela Ulloa dejó en claro que, más allá del récord de inscriptos y de los nombres de los campeones, lo verdaderamente relevante es la construcción de un espacio inclusivo y solidario en el que niños de cinco años, veteranos de 83, jugadores adaptados e integrantes de distintos clubes se encuentren en la misma cancha. Con un enorme despliegue de organización y pasión, la Escuela Ulloa logró no solo consagrar a sus campeones, sino también estrechar lazos con toda la región. La próxima edición quedó pactada para mayo del año que viene: la promesa es clara, la pelota de celuloide volverá a volar sobre la pista de Río Gallegos, donde cada golpe seguirá contando historias de esfuerzo, amistad y superación.

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