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Casi al mismo tiempo que el gobierno español informaba ayer el retiro definitivo de su embajadora en la Argentina, el vocero presidencial anunciaba oficialmente que Javier Milei va a hacer un show y cantará en el Luna Park.
Frente a una crisis diplomática sin precedentes con España -el segundo país con más inversiones en el país-, el Presidente responde subiendo la apuesta contra su par español llamando a Pedro Sánchez un “socialista fatalmente arrogante” y anunciando que cantará en el acto de presentación de su libro.
Las consecuencias que esta confrontación internacional traerá para la Argentina, política y económicamente hablando, están por verse. Por lo menos, se abre un camino peligroso.
¿Y por qué Javier Milei reacciona de esta manera?
“Yo soy el divulgador de las ideas de la libertad”, dijo el domingo en el acto ultraderechista de VOX. Con lo que parece establecer que al margen de su función como jefe de Estado, se ve fundamentalmente como un profeta del credo libertario.
¿Este personaje está por encima del Presidente? Puede ser. Milei repite que lo desvela “la causa de la libertad”, por lo que está comprometido con una batalla cultural que lleva a todos los rincones del planeta.
Lo dejó en claro en sus discursos en el Foro Económico Mundial de Davos, a poco de asumir, y este fin de semana en España. Milei se siente como un ideólogo mundial con un compromiso que sobrepasa su rol como mandatario argentino.
En esa batalla cultural puede provocar choques diplomáticos con países históricamente amigos, destaca su rol de influencer y hasta se convierte en standapero -parodiando a economistas que “no la ven”- y cantante en el Luna Park. Todas son herramientas válidas.
¿Y qué pasa cuando ese rol de profeta global libertario tiene algún interés contrario al de Presidente que cuida los intereses argentinos? Eso lo irá respondiendo el propio Milei con sus palabras y actos públicos.
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