Cerca de las 17.00 del 2 de mayo de 1982, el submarino nuclear británico HMS Conqueror que navegaba en las profundidades del atlántico sur disparó un misil que impactó de lleno contra el crucero ARA General Belgrano (C4). Producto del feroz ataque murieron 323 de los 1093 tripulantes.
El crucero había zarpado el 16 de abril en dirección a las Islas Malvinas. Desde la cúpula naval habían decidido que en la nave, en la que en tiempos de paz viajaban hasta 750 triuplantes, navegarían más de 1000. Aquella fatídica fecha, el submarino inglés disparó 3 torpedos en zona de exclusión, decisión que colocó en superioridad a la flota enviada por la primera ministra Margaret Thatcher, fuertemente cuestionada por el ataque que acababa con cualquier posibilidad de tregua.
“Aquel 2 de mayo marcó nuestros destinos y marcó también nuestra almas. Ya no volvimos a ser los mismos, nuestros corazones lastimados trataron de animar a quienes nos rodeaban, y todos, hasta el día de hoy, tratamos de animarnos unos a otros con un recuerdo, una palabra o una sonrisa”, expresaron en una publicación hecha desde la Armada Argentina y el Ministerio de Defensa, en conmemoración al único caso de un barco hundido en guerra por un submarino nuclear.
El Crucero ARA General Belgrano tenía capacidad para desplazar 13 mil toneladas y poseía una eslora de 186 metros. El barco en el que viajaban los héroes argentinos estaba propulsado por cuatro hélices y su velocidad máxima era de 32,5 nudos, según detalla el portal elhistoriador.com.ar.
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