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Las tensiones en la industria pesquera argentina continúan en medio de negociaciones complejas entre las cámaras empresarias y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Aunque la reunión más reciente no abordó la propuesta de reducción del 30% en los valores de producción de los congeladores tangoneros, las partes no lograron cerrar un acuerdo por los salarios básicos que permanecen en punto muerto.
El encuentro, realizado en las instalaciones de la Secretaría de Trabajo en calle Alem, en Buenos Aires, fue la antesala de lo que será, en el transcurso de la jornada, de la presentación de CAPECA, CAPIP y CEPA del planteo formal sobre la modificación del Convenio Colectivo de Trabajo (CCT). La propuesta incluye una reducción del 30% en los valores de producción del langostino, además de otros ítems como aguinaldo y ropa de trabajo, en línea con las negociaciones llevadas en Barcelona. Sin embargo, los dirigentes del SOMU han manifestado públicamente su rechazo firme a esta iniciativa, asegurando que no aceptarán ninguna rebaja salarial ni cambios en el convenio.
Rechazo a la propuesta salarial
La discusión salarial sobre los básicos sigue sin resolverse. El gremio reclama aumentos escalonados: un 2,4% para el primer tramo, 2,7% para el segundo, 2,8% para el tercero y una actualización en julio basada en la inflación de mayo. Por su parte, las empresas propusieron inicialmente un incremento del 1% en los primeros tres tramos y 0,9% para el cuarto, propuesta que fue modificada a 1,2% para los dos primeros tramos y 1% para los dos últimos días antes de la próxima audiencia. La propuesta empresarial fue rechazada, calificándola como “una falta de respeto” por parte del gremio, que considera que el incremento no corresponde a la actualización por IPC que se ha utilizado en otros acuerdos.
El vencimiento de la conciliación obligatoria, prevista para el 24 de mayo, y la posible extensión hasta el 6 de junio, generan incertidumbre. En caso de no alcanzarse un acuerdo, se prevé un paro total en todas las flotas pesqueras, afectando la rentabilidad de la temporada de langostino, que está en marcha y que podría verse seriamente comprometida.

Costos versus Renta
Desde la perspectiva de quienes trabajan en el sector, la problemática no se limita a los básicos. La participación de estos en los costos laborales representa aproximadamente el 20% del total, pero los verdaderos desafíos radican en los valores de liquidación de la producción de los buques congeladores tangoneros. La discusión sobre estos valores, que se espera comenzar a abordar desde este jueves, con la presentación formal de la propuesta, será clave para definir el futuro de la temporada y la continuidad de las actividades.
El proceso de negociación adquiere mayor relevancia en un contexto donde la rentabilidad de las pesquerías está en juego. La propuesta de reducción del 30% en los valores de producción, que también afectaría otros ítems, busca ajustar los costos ante un mercado que, según expertos, ha perdido su condición de producto estrella, como fue el langostino en años anteriores. La situación actual del calamar, y las perspectivas de rentabilidad, hacen que las partes deban encontrar un equilibrio para evitar un colapso en la temporada.
El representante de la empresa Conarpesa, Fernando Álvarez Castellanos, expresó que, tras la presentación formal, buscará que las tripulaciones decidan si quieren continuar navegando bajo las nuevas condiciones, incluso considerando llevar el conflicto a la justicia si es necesario. Adelantó además que, en caso de que la propuesta sea aceptada, sería necesario implementar una cláusula gatillo que ajuste los valores de producción en función de la evolución de los precios en el mercado.
Negociaciones al filo
Por ahora, el SOMU ha reiterado su postura inflexible, manifestando que no aceptarán ningún cambio que implique una reducción salarial o modificación del CCT. La tensión entre las partes pone en riesgo no solo la temporada actual, sino también el futuro del sector pesquero argentino, clave para la economía regional.
La próxima semana será decisiva. Tras la presentación formal, se convocará a una nueva reunión para buscar una solución que permita a los tripulantes retomar sus tareas y evitar un paro que podría tener consecuencias negativas en la producción y en la continuidad de la actividad pesquera en plena temporada de langostino, justo cuando se acercan días críticos ante el inicio de la prospección de langostino en la zona de veda de juveniles de merluza, previa al inicio de la zafra.
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