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La administración de Donald Trump impone nuevas condiciones a la Argentina en su apoyo financiero, enfocándose en la cancelación del swap de monedas con China y en la supervisión de proyectos estratégicos de infraestructura, energía y minería. Este escenario marca un cambio en la relación bilateral entre Buenos Aires y Washington, mientras que el vínculo con Beijing queda bajo la lupa.
Estados Unidos considera que cualquier vínculo económico a largo plazo con China representa un riesgo para la soberanía de sus socios y aliados, incluida la Argentina. Por esta razón, el gobierno estadounidense solicita la cancelación del swap de monedas vigente con China, renovado por última vez en 2024, y propone reemplazarlo con instrumentos financieros ofrecidos por el Departamento del Tesoro.
Actualmente, la Argentina mantiene activo el equivalente a 5.000 millones de dólares de un swap total de 18.000 millones, que sirve para respaldar las reservas brutas del Banco Central (BCRA) y pagar importaciones en yuanes ante la escasez de dólares.
La relación Argentina-China bajo la mirada de Washington
El swap es un intercambio de monedas que respalda las reservas brutas del Banco Central (BCRA) y que eventualmente se puede usar para pagar importaciones chinas con yuanes, ante la escasez de dólares. Es lo que sucedió a mediados de 2023, cuando el gobierno de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa atravesaba una de sus múltiples crisis.
Esa carta que quiere multiplicar China pondría en juego la hegemonía global de la moneda estadounidense y es por eso la resistencia que manifiesta la administración de Trump.
Además, en Washington ven con malos ojos la presencia de China en infraestructura crítica, como las represas hidroeléctricas en Santa Cruz, el despliegue en las telecomunicaciones 5G y su interés en la Hidrovía y las centrales nucleares, detalló Clarín.
Es por eso que valoran que Milei excluyera el año pasado de la fallida licitación de la Hidrovía a empresas con accionistas del Estado, una manera “decorosa” de sacar de competencia a compañías chinas de dragado como Shanghai Dredging. Se espera que esa condición se repita en una nueva licitación, que se conocería después de las elecciones de octubre.
RIGI: un instrumento estratégico y “anti-China”
El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) también forma parte de la estrategia estadounidense. Hasta ahora, el único pedido denegado públicamente por el Gobierno fue el de la minera china Ganfeng Lithium, que planea desembolsos por 2.000 millones de dólares.
Estados Unidos apoya el éxito de multinacionales como Glencore y Rio Tinto, que desarrollan proyectos multimillonarios en cobre y litio en provincias como San Juan, Catamarca y Salta, reforzando la posición de la Argentina como proveedor estratégico de alimentos, energía y minerales críticos.
La disputa global entre Estados Unidos y China, intensificada tras la pandemia, ubica a la Argentina como un aliado estratégico para Washington. La combinación de RIGI, infraestructura crítica, minería, energía y alimentos convierte al país en un socio clave para garantizar suministros estratégicos en escenarios de conflicto o tensiones internacionales.
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