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Con la emoción a flor de piel y el recuerdo latente de los viejos zonales del fútbol santacruceño, este fin de semana regresa una competencia que promete ser mucho más que un torneo. Desde el 2 al 4 de mayo, Escorpión FC de Río Gallegos será anfitrión del Triangular de Campeones “Pablo Rahmer”, un certamen que reúne a los mejores equipos de la temporada: Escorpión, Deportivo Esperanza de El Calafate y Ferro La Dorotea de Río Turbio.

Se trata de una propuesta que apuesta al arraigo, al esfuerzo de los clubes y a un fútbol que, sin renegar de las dificultades, se alimenta del compromiso de su gente y de la identidad regional. “Va a ser un torneo muy lindo. La idea es que cada partido tenga un ganador, no va a haber empates: si termina igualado, se define por penales”, explicó Juan Montoya, presidente de Escorpión FC, en diálogo con Radio LU12 AM680.

Los partidos se jugarán en la cancha del Club Hispano Americano, con arbitraje, seguridad y logística cubiertos por la organización local, un esfuerzo importante en tiempos de restricciones presupuestarias. “Esto lo solventa el club anfitrión. Nos hubiese encantado jugar en modalidad ida y vuelta, pero hoy los costos de viaje son altísimos”, admitió Montoya.

Tres campeones, una copa

El formato es simple pero contundente: todos contra todos, y el equipo con mayor cantidad de puntos será el campeón. En caso de empate en algún encuentro, habrá definición directa desde los doce pasos. El fixture comenzará el viernes 2 de mayo con Escorpión enfrentando a Ferro La Dorotea; el sábado se medirán los de la Cuenca con Deportivo Esperanza; y el domingo, Escorpión cerrará el certamen ante los calafateños, en un duelo que puede ser decisivo.

Los tres clubes llegan como campeones en sus respectivas ligas. Escorpión, de Río Gallegos, ganó la final local ante el Boxing Club y se mantiene competitivo pese a sufrir varias bajas por lesión. “Tenemos siete lesionados, pero por suerte contamos con un plantel largo que se preparó para esto. Nos estamos jugando mucho y queremos que la gente nos acompañe”, señaló Montoya.

Por el lado de Ferro La Dorotea, el conjunto de Río Turbio viene de consagrarse campeón tras ganarle la final a Fortín Riojano por 2 a 0 el pasado diciembre, en un partido que fue celebrado con emoción por toda la comunidad. Para poder viajar a Gallegos, hicieron rifas y bonos contribución, dejando en evidencia una vez más que en el fútbol del interior se juega con el corazón, pero también con mucho sacrificio.

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El Ferroviario en su festejo de campeón.

Deportivo Esperanza, por su parte, llega con un presente formidable. En la Liga Sur, tras seis fechas, marcha invicto con cinco triunfos y un empate, acumulando una diferencia de gol de +17. Con un funcionamiento sólido, el equipo calafateño asoma como uno de los grandes candidatos.

El equipo de El Calafate visitó la capital durante el Regional.

Una copa con nombre y memoria

El triangular no solo pone en juego una copa, sino también el recuerdo de un nombre muy querido: Pablo Rahmer, un histórico hincha de Escorpión y padre del actual capitán del equipo. “Es un homenaje que sentimos como una obligación. Pablo estuvo desde nuestros inicios y queremos recordarlo como se merece”, expresó Montoya con emoción.

El torneo ha sido posible gracias al apoyo de la Municipalidad de Río Gallegos, que brindó alojamiento y alimentos para las delegaciones visitantes, una colaboración clave para que el evento pueda realizarse.

Más allá de los resultados, este tipo de encuentros tienen un valor simbólico innegable. Recuperan la tradición de los enfrentamientos interligas y le dan rodaje competitivo a equipos que, por la geografía y la economía, no siempre tienen la posibilidad de cruzarse. “Es lindo salir del esquema de siempre. Enfrentar a clubes de otras localidades, medir fuerzas, nos motiva. Esto es lo que hace que los chicos sigan entrenando con seriedad”, destacó el dirigente.

Con entrada libre y la expectativa de un buen marco de público, el Triangular de Campeones Pablo Rahmer se prepara para dejar su marca en el calendario deportivo regional. Será una celebración del fútbol, la memoria y el esfuerzo compartido, con la Patagonia como escenario y el espíritu amateur como bandera.

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