Es un Thriller basado en un hecho que tuvo lugar en 1980, en plena dictadura militar Argentina. El caso que se relata es la desaparición de un empresario de Rosario, provincia de Santa Fe. El sujeto se llamaba Jorge Salomón Sauan, un hombre de negocios que tenía una gran fortuna; esto deriva en una investigación, que es liderada por dos jóvenes secretarios de un juzgado de instrucción, pocas semanas antes de que uno de ellos, Antonio Rivas (Nicolás Francella) emigre a España. Ambos intentarán resolver el caso contra las interferencias de una policía subordinada al poder represor.
“Me parece fundamental involucrarse y profundizar, cómo indagar un poco la época: ¿qué estaba pasando?, ¿cómo era para estos personajes?; por ejemplo, el hecho de investigar un caso en este contexto no sería lo mismo que hacerlo hoy, seguramente. Si creo que todo eso es importante adaptarlo y que sea verosímil a ese tiempo”, comentó Matías Mayer (el espía arrepentido), uno de los protagonistas de “Un crimen argentino”, ante la consulta de cómo esta nueva generación de actores se involucra en hechos históricos en la época de la dictadura cívico-militar.
Los tres representan a la nueva generación de actores de Argentina y Latinoamérica, y conscientes de la historia audiovisual de su país y la región, plasman su visión, se comprometen con sus personajes, pero siempre teniendo en cuenta que no es una historia más. “Contar el riesgo que tenían estos personajes, de querer hacer las cosas bien en ese contexto; para mí, eso era lo más importante”, suma Malena Sánchez (Argentina, tierra de amor y venganza).
La película es un policial con elementos de drama judicial y por momentos al revés, un drama judicial con escenas, persecuciones e intrigas dignas de un policial. Para Nicolás Francella, (María Marta: El crimen del country), más allá de los elementos de uno y otro género, se destaca el segundo mencionado: “En lo que más te deja pensando es en lo judicial. Tenes que ser consciente de lo que estás haciendo, consultar. Creo que consultamos muchísimo. Teníamos todo el tiempo las voces del productor, pasando por Lucas Combina (director de la película), hasta Reynaldo Sietecase (periodista y escritor del libro), en el momento que vino al rodaje, y fue así constantemente”.
“Esto no es un caso de la dictadura directamente, pero hay algo de recordar qué sucedió eso todo el tiempo y, después, cómo ejecuta la justicia, que sigue funcionando muy mal y en mayor o menor medida, actualmente, pasan las mismas cosas; ahí sí hay como una cosa de continuar contando que esta es nuestra justicia y funciona así”, remarcó Sánchez sobre la vigencia de alguno de los temas del film.
Estética y visualmente, la película, está muy bien lograda. Desde el vestuario hasta el armado de los escenarios, tanto naturales como de interiores; autos, el color de la película, todo en el aspecto visual se destaca en “Un crimen argentino” y para Mayer, que interpreta a Carlos Torres, es fundamental para componer a su personaje: “Hay algo que es como la puerta de entrada que encuentro para el personaje. Como que me para en otro lado. Ese cambio de look y ese adaptarse a esa época, lo veía a Nico, a Male, y es como que hay algo que ya inmediatamente entras”.
Por su parte, la actriz que interpreta a María y tiene una relación amorosa con el personaje de Francella, reconoce que puntualmente el inicio de los 80 la transporta a los viejos álbumes familiares: “Son como las fotos que vimos con un poco de vida y de golpe estás: ‘Ay, claro, este mueble mi mamá lo tiene en la foto de cuando era chiquita’”.
La película está basada en la novela homónima del periodista Reynaldo Sietecase, publicada en 2002 por Editorial Alfaguara. “No todo se transforma. Hay cosas que desaparecen sin dejar rastros. Cuerpos que se borran para siempre”, así describe su novela el autor que tuvo una gran repercusión. “Este crimen se cometió durante la dictadura sin ninguna connotación política. El disolver un cuerpo en ácido funciona como metáfora de cómo mataba el Estado”, afirmó el escritor durante la presentación de su libro.
Su obra se convirtió en un film, que ya está en la cartelera de cine, con la dirección de Lucas Combina (La chica que limpia) y producida por Juan Pablo Buscarini. El guión estuvo a cargo de Sebastián Pivotto, Jorge Bechara y Matías Bertilotti, con la distribución de Warner Bros Pictures.
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