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Ocho años tuvimos que esperar para que llegara Joaquín. Tratamientos muy invasivos y el sufrimiento constante cada vez que se truncaba el sueño de ser papás. Hoy, a sus 7 años, nuestro hijo desconoce el pequeño milagro que hizo el papa Francisco.
Alicia Barrios, compañera en Crónica y amiga incondicional de Jorge Bergoglio, sabía de nuestro dolor. Un día llegó a la redacción y me dijo: “Le conté a Francisco que vos sos judío, tu esposa católica y me envió estos rosarios para ayudarlos”. Los recibí con mucho cariño y nunca más hablé con Alicia del tema.
Los tratamientos seguían y la tristeza también. Cuando ya habíamos perdido casi todas las esperanzas, realizamos un último intento, sin que nadie supiese.
Justo el día que tuvimos el primer positivo, entró Alicia a la redacción, se acercó y me habló al oído: “Me dijo Francisco que esta vez sí hay bebé”. Me quedé helado porque nadie sabía del tratamiento y otras veces al poco tiempo se perdía el embarazo.
Los días pasaron y la panza de Claudia crecía. A los siete meses nació Joaquín, nuestro pequeño gigante. A partir de su “ayuda”, siempre le enviamos fotos y videos a través de Alicia. “Que haga lío”, nos transmitía con su habitual sentido del humor, mensaje que Joaco tomó al pie de la letra.
Francisco fue clave en nuestro sueño de ser papás y hoy sabemos que siempre lo cuidará desde el cielo. (Crónica)
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