El profesor Oscar Lobos renunció a la Escuela Municipal de Atletismo de Saladillo, con un polémico mensaje que causó gran repercusión.
El histórico entrenador indicó que tras 18 años de trabajo continuado en esa institución y con más de 30 en la competencia federada, decidió poner un paso al costado por “diferencias pedagógicas y técnico-profesionales con el actual Subsecretario de Deportes Municipal, Mariano Méndez, y porque comprende que no logra adecuarse a los nuevos tiempos que corren.
!”Tengo que reconocer que soy un “inadaptado” (social y temporal), ya que no me puedo adaptar a la sociedad y la época en que me toca vivir”, comenzó escribiendo Lobos y continuó explicando las desavenencias con las que se enfrenta en el trabajo diario:
“Siento que me quedé en una época en la que los jóvenes se acercaban a una actividad deportiva sólo por interés y pasión por esa actividad, hoy me cuesta aceptar que lo hagan simplemente para no estar en sus casas o para formar una barrita con la que juntarse en otros espacios, distrayendo la participación de los pocos que se interesan verdaderamente, y otros de la misma edad descuidan su cuerpo y pierden valores con actitudes viciosas que la sociedad asume como normales, desalentando el esfuerzo y la dedicación” señaló.
“Me quedé en la época en que los padres acompañaban a sus hijos en esas actividades, y me cuesta entender que hoy haya padres a los que no conozco después de 2 años, y otros que asistiendo a todas las clases no tengan el respeto de saludar al docente que pretenden que forme a sus hijos”, agregó el preparador físico.
Por otra parte, apuntó contra el manejo político y mercantil de las instituciones deportivas: “Hoy me encuentro con que las empresas privadas les piden a los gobiernos ayuda económica, y otras que “simulan” hacer beneficencia a través de supuestas donaciones a entidades o eventos para descargar impuestos. Mientras tanto, esos gobiernos no encuentran recursos para construir o mejorar las instalaciones y sostener actividades propias para el desarrollo de las actividades físicas y los deportes”.
“Sigo soñando con volver a los tiempos en que los deportistas competían ‘por amor a la camiseta’ de su club, su agrupación, su barrio o su pueblo, preparándose de la mejor manera para no defraudar, y no me puedo convencer de que lo normal es ponerse la camiseta de una empresa que además de cobrársela con el costo de la inscripción, hace publicidad a través de ese evento sin siquiera garantizar el corte de calles”.
El punto más polémico, del comunicado es en el que refiere a las identidades de género y su adaptación en las competencias deportivas. “Si bien siempre entendí y defendí las identidades de género, hoy se quiere aplicar en el deporte una concepción que todavía no se pudo consensuar totalmente en la sociedad. Así, hoy se promueve que cada persona compita según la orientación con que se autoperciba, pero ya ha habido muestras de inaplicabilidad en lo deportivo, sobre todo en deportes de contacto personal”, comenzó diciendo al respecto.
A su vez, apuntó contra quienes ocupan puestos de entrenador sin tener un título que los avale: “Quizás por todo eso, porque no logro adaptarme a este momento social, es que no puedo aceptar que alguien que se autopercibe profesor, entrenador o personal trainer, sin tener un título oficialmente reconocido, pueda ser contratado por algún organismo oficial, sobre todo, si se le designan a cargo “menores de edad”.
Por último, señaló que “me cuesta abandonar este deporte en el que transcurrí la mayor parte de mi vida, a través del que creo haber orientado a muchos jóvenes hacia hábitos saludables porque considero que el deporte es una escuela de vida”. En este sentido, aclaró que continuará orientando a aquellos deportistas que quieran entrenar de verdad y que estén predispuestos a afrontar un proceso a largo plazo.
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