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La pelota, por unas semanas, tendrá que esperar. Leonardo Luna, volante de la Séptima División de River Plate y uno de los talentos más prometedores de su categoría, se encuentra en plena recuperación tras sufrir un esguince de rodilla grado 2 durante una práctica formal de fútbol.

La lesión, ocurrida hace aproximadamente dos semanas, lo marginó de los encuentros frente a Sarmiento y Central Córdoba, en los que River logró dos victorias contundentes: 5 a 1 de local y 6 a 3 en condición de visitante. Afortunadamente, los estudios médicos descartaron un daño mayor, y los tiempos de recuperación son alentadores. Según pudo saber La Opinión Austral, Leo estará disponible en pocas semanas y su regreso está proyectado para la fecha 20 en agosto.

La baja temporal del mediocampista nacido en Río Gallegos se da en un momento de gran crecimiento personal y futbolístico. En su última aparición como titular, Luna había sido figura ante Unión, mostrando una notable madurez táctica, capacidad de recuperación y gran precisión en los pases entre líneas. Su actuación fue tan destacada que incluso medios partidarios del Millonario compartieron compilaciones con sus mejores intervenciones en redes sociales.

River Plate, bajo la conducción de Damián Castellanos en esta categoría, atraviesa un gran presente. El equipo se ubica en el tercer puesto de la tabla con 39 puntos, producto de 12 victorias, tres empates y una sola derrota, y pelea mano a mano con Boca, Racing y el puntero Argentinos Juniors por el liderazgo del campeonato. En ese esquema competitivo, la presencia de jugadores como Luna se vuelve clave: su versatilidad, sentido táctico y visión de juego lo convierten en un engranaje esencial en el mediocampo millonario.

Más allá del traspié físico, el joven riogalleguense sigue firme en su camino. Desde que llegó a la pensión de River con apenas 11 años, no dejó de crecer, tanto dentro como fuera de la cancha. Su disciplina, humildad y compromiso lo han llevado a ser considerado una de las promesas surgidas del interior del país, y su entorno más cercano —con su papá Sebastián Luna, DT de UPP en Río Gallegos, como apoyo constante— destaca el temple con el que afronta cada desafío.

El fútbol juvenil está lleno de obstáculos, y las lesiones, aunque dolorosas, forman parte del proceso. En este caso, no se trata de un freno, sino de una pausa para volver más fuerte. Leo Luna, con la 5 en la espalda y la mirada puesta en el futuro, ya piensa en su vuelta al verde césped. Porque cuando hay talento y convicción, el sueño no se detiene. Se toma un respiro… y sigue adelante.

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