La cruel muerte del peón rural Nicolás Antonio Toño Tula, de 37 años de edad, continúa sorprendiendo a la comunidad. El hombre, que trabajaba en la estancia ganadera “Magallanes” a 85 kilómetros de la ciudad de Las Heras, se convirtió en la primera víctima de homicidio en la zona norte de la provincia santacruceña.

El sábado 6 de mayo, la persona que ocupaba “Magallanes” denunció la desaparición de “Toño” Tula en la chacra. Ante la sospecha de que se había ido junto con una perra, un caballo, víveres y prendas de ropa, varias personas salieron a recorrer el campo en su búsqueda.

A partir de la denuncia, personal de la Policía de Santa Cruz comenzó una pesquisa con canes especializados, profesionales de distintas áreas de la fuerza de seguridad y colaboradores que conocen a la perfección la zona. Las tareas se realizaron hasta el martes 9, día en que hallaron un cuerpo sin vida en un zanjón, escondido con ramas y una chapa.

Las primeras observaciones daban cuenta de que se trataba del peón rural, pero la confirmación se dio horas después, cuando los restos fueron llevados a la morgue lasherense y su propia familia lo reconoció. Tras esto, el cuerpo fue trasladado a la morgue judicial de Puerto Deseado, donde lo sometieron a una autopsia.

El menor fue detenido en una casa del barrio Juan Domingo Perón.

Detenidos y sospechas

Al margen de eso, los efectivos intervinientes pusieron el ojo en una chacra que se encuentra a pocos kilómetros de “Magallanes”, la estancia “Los Álamos”, que era ocupada por un hombre de 50 años, apellidado Hernández. Se trata del peón rural que trabaja en esas instalaciones.

En total realizaron tres allanamientos. El primero fue mientras aún se buscaba a “Toño” Tula y el diario La Opinión Zona Norte conoció que se incautaron elementos de interés. Sin embargo, luego de que la policía encontrara el cuerpo, se ejecutó un segundo procedimiento en el que secuestraron prendas de ropa con manchas de sangre, armas de fuego, cuchillos y detuvieron a un padre y a su hijo.

Estás personas, de 50 y 16 años, son los únicos sospechosos de haber cometido el homicidio, pero fueron liberadas por orden del juez Eduardo Quelín -titular del Juzgado de Instrucción Penal N° 1 de Las Heras- debido a faltas de pruebas. Sin embargo, una vez que se realizó la autopsia y se conoció el resultado, fueron recapturados. El menor es sometido a pericias psicológicas porque podría ser imputable.

Ante todo esto, un dato que salió a flote es que el mayor de los Hernández podría haber estado implicado en el asesinato de un hermano suyo, que ocurrió hace años y no fue resuelto. Se trata de Valeriano Hernández, un hombre al que le arrebataron la vida en mayo del año 2022 de una manera similar a como lo hicieron con “Toño” Tula.

Este martes 23 de mayo, el magistrado interviniente en la causa deberá resolver la situación procesal de los Hernández. Puede que los procese como autores del homicidio, que dicte una falta de mérito o los haga sobreseer porque considere que no pudo probar su responsabilidad en el hecho.

Así detenían al hombre de 50 años sospechado de matar a “Toño”.

Tortura y golpes

El viernes 12 de mayo, La Opinión Zona Norte supo el motivo de la muerte del peón rural: le dio un shock hipovolémico a raíz de las heridas punzo cortantes que le provocaron. El ataque a “Toño” Tula fue de tal tamaño, con tanta saña, que su corazón no logró bombear suficiente sangre.

Lo apuñalaron, le provocaron cortes profundos y superficiales para hacerlo sufrir, para que sienta dolor antes de morir. Al peón rural lo agredieron físicamente con golpes de puño y patadas, lo torturaron y le dieron más de 30 puñaladas. Algunas de esas heridas se las provocaron en sus partes íntimas.

La prima del hombre, Brenda Tula, dialogó con este medio y relató que “a mi primo le dieron 32 puñaladas, tenía muchas heridas que eran profundas y puntazos tanto en manos y brazos, como que él se defendió y estuvo agonizando”. La puñalada profunda que le habría puesto fin a su vida fue en el pecho.

Asimismo, comentó que el hombre no tenía alcohol ni ninguna sustancia en sangre. “Murió desangrado y cuando lo encontraron solo tenía puesto el pantalón, le faltaba la remera y el calzado”, añadió la joven.

“A él lo mataron en un corral. Después en un tercer allanamiento se encontró restos de sangre y una cadena ensangrentada. Mi primo tenía lesiones en el rostro. Le pegaron y lo torturaron antes de matarlo, le pegaron con una cadena. Tenía la mandíbula quebrada y le faltaban restos”, dijo a este medio sobre el estado en el que lo hallaron.

Qué dijo la familia

Brenda Tula, la prima de “Toño” Tula, contó La Opinión Zona Norte que el hombre vivía en La Rioja y que se vino a Caleta Olivia hace dos años porque “(los familiares que viven en la localidad de El Gorosito) le insistimos para que venga y cambie sus aires”.

Una vez que se asentó en la vivienda donde reside su madre, un hermano y su cuñada “empezó a trabajar en otra estancia que nos quedaba medio lejos, pero no tanto como en la que estaba al último”, cada tanto volvía a Caleta Olivia y se quedaba unos días.

“Toño” Tula pasaba sus tiempos libres en familia, comiendo asados y saliendo con sus primos. “Conmigo tenía una relación muy cercana, compartíamos su tiempo libre, era como un hermano para mí y me dolió mucho que le pase todo esto”, lamentó la joven en contacto con este medio.

Al ser consultada por el momento en que se enteraron de la desaparición de su familiar, Brenda comentó que el sábado 6 le avisaron a su hermano. “Ese mismo día se fue de Caleta Olivia a Las Heras para buscarlo día y noche, todo el fin de semana”, dijo.

La familia nunca imaginó que a “Toño” Tula lo habían matado. “Siempre mantuvimos la esperanza de encontrarlo con vida, nosotros pensábamos que se había desorientado y se había perdido”, contó y agregó que “la policía recién empezó a buscarla el día lunes”.

El peón rural junto a sus familiares, durante el festejo de sus 37 años.

Una presa fácil

Sobre las personas implicadas en el crimen, el hombre de 50 años que está detenido y su hijo de 16 que está en libertad en orden a la imputabilidad, la joven dijo que siente que son ellos los autores del crimen. Y mencionó que en uno de los allanamientos, en el que estuvo presente su papá, la policía encontró ropa con sangre y pertenencias de “Toño” Tula.

“A mi primo le robaron plata, 30 mil pesos, al dinero lo tenía el menor en el bolsillo, también faltaba su teléfono celular y casi toda su ropa, pero nada de eso se encontró hasta este momento”, comentó Brenda a La Opinión Zona Norte y dijo que la familia se está asesorando con un abogado particular para que sea querellante.

Todos en la familia creen que los Hernández vieron al peón rural como una presa fácil. “Mi primo era muy buena persona, no era de pelear ni nada de eso. Yo pienso que le entraron a robar, creyeron que mi primo tenía toda su plata escondida en la estancia”.

Una versión del cual podría haber sido el motivo del homicidio, sería que “Toño” Tula tuvo acercamientos con una integrante de la familia Hernández. Al ser consultada por esto, Brenda mencionó que “él jamás nos habló de mujeres. Su hermano lo iba a ver a veces a la estancia y él asegura que no había mujeres ahí”.

Pensaron que lo iban a matar e iba a quedar todo ahí nomás. Creo que no se imaginaron que su familia se iba a mover por él. Nosotros pedimos que se esclarezca y que si hubo más participes que paguen. No queremos que nadie más muera en manos de estos infelices. Pedimos que al juez Quelín no los deje en libertad, hay muchas pruebas que los incriminan”, cerró.

Brenda Tula junto a su primo Nicolás Antonio “Toño” Tula.

 

 

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