El Hispano Americano llega a su centenario con una combinación que no abunda en el deporte argentino: memoria institucional, actividad plena y una fuerte conciencia social de su rol en la comunidad. Este jueves, desde las 19 horas en el gimnasio Tito Wilson, la institución celebrará sus cien años de vida con un acto que sintetiza pasado, presente y futuro, en una ciudad donde el club es mucho más que una camiseta.
Al frente de este momento histórico está Claudia D’Ambrosio, presidenta del club y primera mujer en ocupar ese cargo en un siglo de historia. En su visita a los estudios de Radio Lu12 Am680 Río Gallegos, reconoció que el recorrido hasta esta fecha estuvo atravesado por emociones, responsabilidades y aprendizajes. “Cuando asumí tenía muchos miedos, incertidumbres y expectativas. Hoy estamos esperando el centenario y eso, sinceramente, es muy fuerte”, expresó.
La conmemoración no se limita a un acto protocolar. Durante todo el año, el Hispano desarrolló actividades deportivas, torneos y homenajes en cada una de sus disciplinas, construyendo una agenda que permitió llegar al aniversario con participación activa de socios y deportistas. “No queríamos que fuera una sola fecha. El centenario se fue viviendo durante todo el año”, explicó D’Ambrosio.
Uno de los hitos centrales fue la presentación del libro histórico del club, una obra de investigación profunda realizada por Pablo Beecher y Milagros Pierini. “Es un libro que no tiene nada que envidiarle a nadie. Tiene una calidad impresionante”, destacó la presidenta, al tiempo que valoró el acompañamiento del Estado provincial para su impresión. “Sin la Imprenta Oficial hubiese sido imposible, porque hoy imprimir un libro así es realmente muy costoso”.
La obra no solo recupera fotos y documentos, sino que rescata debates internos que marcaron épocas. Entre ellos, la venta del antiguo predio conocido como el “elefante blanco”. “Leer las actas fue muy movilizante. Ahí está todo: las discusiones, las posturas, la tristeza, pero también la responsabilidad de decidir por el club”, relató D’Ambrosio, subrayando la importancia de preservar esa memoria institucional.
El recorrido histórico también está atravesado por figuras emblemáticas. “Aparecen nombres que marcaron generaciones, como Coco Huecke que fue un emblema del fútbol del club”, recordó. Incluso, el libro recupera detalles casi olvidados, como la existencia de un himno del Hispano. “La letra está, pero la música no apareció. Era algo que se cantaba antes y después de los partidos”, contó, dejando abierta la puerta a futuras reconstrucciones simbólicas.
En el presente, el Hispano sostiene una estructura compleja, con múltiples sedes y una amplia oferta deportiva. “El club es uno solo, pero funciona como tres”, graficó la presidenta, en referencia a la cancha, el natatorio y el Tito Wilson. Esa dinámica exige una gestión diaria intensa, coordinada con subcomisiones, entrenadores, empleados y familias.
Desde su formación profesional, D’Ambrosio imprime una mirada particular a la conducción. “Yo no me considero dirigente deportiva. Soy trabajadora social y presidenta de un club”, afirmó. Esa perspectiva se traduce en una gestión centrada en las personas. “Para mí, lo humano está primero. Después viene lo deportivo”, remarcó.
Esa filosofía se refleja también en el clima que se vive en las competencias. “En nuestra cancha se alienta, pero con respeto. Capaz no ganamos gritando, pero ganamos algo mucho más importante”, sostuvo, convencida de que el comportamiento del público y de los deportistas es parte de la identidad del club.
En lo estrictamente deportivo, el año fue intenso y con logros destacados. El básquet volvió a ser protagonista a nivel regional, la natación mostró nadadores de proyección nacional e internacional, el hockey obtuvo títulos zonales y nacionales, y disciplinas más nuevas como el UCOM lograron reconocimiento oficial. “Todo eso no es casualidad. Es trabajo, constancia y grupo”, señaló D’Ambrosio.
Ese crecimiento se dio en un contexto económico desafiante. El aumento de tarifas, los costos de mantenimiento y la necesidad de sostener infraestructura obligaron a tomar decisiones cuidadosas. “Hoy el club se sostiene principalmente con las cuotas sociales. No podemos gastar más de lo que tenemos”, explicó. En ese sentido, fue clara: “Vamos ladrillo por ladrillo, peso por peso. No hipotecamos el futuro del club”.
El acto central del centenario combinará reconocimientos a deportistas destacados, egresados y monitores, junto con un tramo institucional que contará con la presencia de autoridades provinciales y municipales. “Queremos que estén todos: los que estuvieron, los que están y los que van a venir”, resumió la presidenta.
A cien años de su fundación, el Hispano Americano llega al aniversario con una historia rica, un presente activo y desafíos por delante. Pero, sobre todo, con una convicción que atraviesa generaciones. “El club es contención, es pertenencia, es comunidad”, afirmó D’Ambrosio. En tiempos de fragmentación social, esa definición explica por qué el Hispano no es solo un club centenario, sino una institución indispensable para Río Gallegos y la región.
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