“Mamá, quiero ser bailarín folclórico”, le dijo Fabián Casimiro López de siete años a Juanita del Carmen Barría Pinto. “Salimos a comprar su bombacha y sus botas corrugadas, ahí empezó”, recordó ella.
Años más tarde, la familia dejó Río Gallegos y se mudó a Pico Truncado, donde él continuó formándose. Tiempo después, fue director de Cultura del Municipio y de la Escuela Provincial de Danzas. Además, fundó escuelas en Las Heras y Pico Truncado.
Falleció en 2008, a causa de la leucemia. Tenía 42 años. En su homenaje, por ley provincial 3.025 se estableció que cada 14 de marzo se conmemore el Día del Bailarín Folclórico Santacruceño.
Su vida entera estuvo atravesada por el folclore. Cuando tenía 15 años conoció bailando en la Escuela El Fortín Sureño a Carmen Saldivia de 12 años, ella sería su novia por una década y luego su esposa por 16 años, además de la madre de su hija.
“Juntos forjamos todo este camino de enseñar, de recibirnos de profes juntos. Nuestra vida fue hermosa, siempre presente el folclore, a flor de piel”, contó Carmen en diálogo con LU12 AM680.
“Era un hombre completamente honesto, amaba a los niños, les enseñaba de chiquititos a bailar, hoy ya son hombres y seguramente también lo están recordando. Él amaba la vida y lo que hacía. El amor por la danza fue muy grande para él, dejó sus tratamientos, viajaba con sus alumnos, amó la danza con toda su vida. Me siento orgullosa de ser su mamá“, afirmó Juanita.
El escenario mayor del Festival Nacional Austral del Folclore se llama Fabián Casimiro López.
Actualmente, el escenario mayor del Festival Nacional Austral del Folclore lleva su nombre.
“El Día del Bailarin Santacruceño tiene un significado muy especial para mí porque Fabián fue mi profesor, mi amigo, quien me formó, son muchos años de convivencia también junto con la profe Carmen”, contó Daniel Uribe, director del Ballet Internacional de Santa Cruz, a “La Decana de la Patagonia”.
“Arranqué a los ocho años, él venía a Las Heras en colectivo y muchas veces a dedo. Todo ese esfuerzo me sorprendía, esas ganas de levantarse dos días a la semana para viajar a enseñar”, repasó.
Durante la adolescencia, Daniel quiso dejar el folclore. “Él me fue a buscar a mi casa, eso marcó mi vida, se puso firme y me ‘apretó’ para que siguiera”, rememoró.
Cuando Daniel comenzó a viajar por el mundo, recuerda que Fabián decía: “‘Daniel es mío’ y para mí era un orgullo que sintiera eso por mí“.
“Me siento orgullosa de ser su mamá”.JUANITA DEL CARMEN BARRÍA PINTO, MADRE DE FABIÁN CASIMIRO LÓPEZ
“Nuestra vida fue preciosa, baile, folclore, ilusiones, disfrutamos mucho nuestro trabajo de hacer recibir a más de 500 profesores de danza que están trabajando en nuestra querida Santa Cruz y en todo el país”, destacó Carmen.
También recordó que en 2007 llegaron a Cosquín con 50 bailarines. “Antes de subir al escenario le digo: ‘¿Sos feliz?’ y con lagrimas en los ojos me dice: ‘Tengo miedo, soy inmensamente feliz. Le pedí a Dios que mi ballet pueda salir asistir a un festival internacional y me lo concedió, pedí traer mi ballet a Cosquín con una obra coreográfica con una delegación federal y me lo concedió ¿y ahora que me va a quitar Dios?'”.
“Los dos sabíamos que estaba enfermo, fue un momento glorioso para los dos, pero a la vez triste sabiendo lo que estábamos pasando y lo que teníamos que pasar y luchar para poder curar la enfermedad que lamentablemente fue cruel”, manifestó Carmen.
Para Daniel, Fabián Casimiro López “es un referente, lo sigue siendo, una persona de gran corazón, muy activo, muy exigente, me tocó atravesar la etapa de alumno y después compañero en el ballet Fortín Sureño. Fabián era el motor de todo“.
Cerrando, destacó: “En buena hora que tengamos un reconocimiento todos los bailarines a través de él, poder recordarlo, para mí siempre es un gusto” y añadió que “contar qué significó Fabián es nuestro desafío, que las nuevas generaciones sepan quién era Fabián”.
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