Pasaba de 10 a 13 horas confesando: una de las tantas virtudes de San Juan María Vianney, más conocido como el “Cura de Ars” y Santo Patrono de los párrocos.

 

El popular sacerdote murió el 4 de agosto de 1859 y desde esa fecha se celebra el Día del Párroco a nivel mundial en memoria del nacido en Francia.

 

En relación a ello, el presbítero Miguel Robledo charló con La Opinión Austral.
“Lo hacen grande las limitaciones que tenía, fue una persona que confió plenamente en Dios y tuvo virtudes muy características de lo que es ser sacerdote. Se resalta mucho la humildad y modo de vivir. Una gran capacidad para acompañar en la confesión”, contó Robledo.

 

Además, aseguró que ese legado permanece hasta la actualidad: “Sigue más vigente que nunca, es algo que no pasa de moda. Toda esa dedicación, esfuerzo y sacrificio permanece entre nosotros a la hora de transmitir el Evangelio”.

 

El popular “Cura de Ars”, nació en Dardilly, cerca de Lyon (Francia) en un modesto hogar de labradores atravesando 1786. De diversos sitios de Francia, de Europa y hasta de América llegaban para confesarse con él. Asimismo, Pío XI en 1925 lo proclamó santo.

Por último, el presbítero se refirió a la actualidad tras meses de limitaciones en las parroquias a raíz de la pandemia: “De a poco estamos teniendo más apertura y la gente se anima a salir un poco más. Eso permite más participación, hay necesidad de acercarse a Dios”.

 

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