El secretario de Estado de Deporte y Recreación, Martín López, junto a su equipo de Género y Deportes, la instructora de esta disciplina Irma Montiel y con la participación de mujeres del grupo de mutua ayuda “Buen Día Vida”, presentó hace una semana la actividad denominada bote dragón, que tiene como destinatarias a las mujeres sobrevivientes de cáncer de mama, para que logren alcanzar una vida activa “superando limitaciones que los propios tratamientos les hayan provocado, tendiendo a la rehabilitación física, psíquica y emocional”.
En este sentido, se realizarán encuentros en instalaciones del CePARD los días lunes, miércoles y viernes de 18 a 20 horas, donde, en principio, se evaluarán las situaciones particulares. Posteriormente, la proposición, que buscará ser replicada en el interior provincial, contará con actividades recreativas para preparar físicamente al grupo y luego pasar a actividades de remo. De este modo, mediante estas prácticas se busca contención, compañerismo, empatía y sororidad entre las integrantes.
La instructora Irma Montiel junto al impulsor, Donald McKenzie.
Cabe destacar que el bote dragón es un tipo de actividad física náutica reglamentada y de muy bajo impacto físico que les permite a las mujeres sobrevivientes de cáncer participar y mejorar sus condiciones físicas.
Para la propuesta se conformará un equipo interdisciplinario integrado por profesores de educación física, instructores, kinesiólogo y psicóloga, profesionales dependientes de la Secretaría de Estado de Deporte y Recreación de la provincia.
Para inscripciones y mayor información, comunicarse al siguiente correo electrónico: politicasdegeneroydeportes@gmal.com.
Objetivos generales
El proyecto le corresponde a Verónica Cachi, profesora de Educación Física, y Analía Herrera, psicóloga. Ellas fueron las mentoras, pero además cuentan con Irma Montiel Adams, destacada instructora de canotaje de la ciudad.
Entre sus objetivos, se mencionan: Impulsar la práctica deportiva en mujeres sobreviviente de cáncer de mama, para lograr una vida activa dentro de las limitaciones que la propia cirugía y recuperación les haya provocado; atraer al mayor número de pacientes de cáncer de mama a conocer y practicar bote dragón; difundir y dar a conocer los beneficios de este deporte dentro de las poblaciones afectadas con cáncer de mama; promover el bienestar físico y psíquico de pacientes de cáncer de mama a través del deporte bote dragón; impulsar campañas de prevención contra el cáncer de mama, promoviendo el diagnóstico y la detección temprana, y fomentar la participación en eventos deportivos competitivos como recreativos.
Bote dragón, ¿qué es?
La técnica de remo en bote dragón es una disciplina de origen chino que tiene dos mil años de historia. La leyenda se remonta a la historia de Qu Yuan (340-278 AC), un poeta patriótico que se ahogó en el río Miluo el quinto día del quinto mes lunar chino, cuando su amado estado de Chu cayó ante el estado de Qin.
Enterados de su muerte, los lugareños remaron en el río para buscar su cuerpo, pero no pudieron encontrarlo. Para preservarlo, navegaron golpeando el agua con sus remos y los tambores para ahuyentar a los espíritus malignos. Hasta la actualidad, la carrera de bote de dragón es la actividad más importante durante el festival que se realiza cada año. En esas carreras, los equipos reman armoniosa y apresuradamente, acompañados por el sonido de tambores. Se dice que el equipo ganador tendrá buena suerte y una vida feliz en el año siguiente.
El deporte de remo en bote dragón es practicado por millones de personas en todo el mundo. Equipos formados por mujeres con historias de cáncer de mama hay en 30 países, entre ellos Argentina, Canadá, Brasil, China, Estados Unidos, Nueva Zelanda, entre otros, que en total suman 240 grupos.
Cada cuatro años se realiza el festival internacional en el que participan estos equipos de mujeres. El último fue en Florencia, Italia, en 2018, al cual asistieron 4.000 mujeres de todo el mundo, incluida una delegación de Dragones Rosas. El próximo será en 2022 en Nueva Zelanda.
La movida a nivel internacional surgió hace más de dos décadas, de la mano del estudio del médico canadiense Donald McKenzie, quien demostró los beneficios de este deporte náutico: actúa como drenaje linfático natural, al prevenir que los brazos se hinchen tras la mastectomía.
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