Luego del estreno del documental de la Corbeta Swift, que el primer fin de semana fue visto por más de 900 personas, Rosa Aravales, directora general de Museos y Patrimonio, dialogó con LU12 AM680 y FM Láser 92.9 Río Gallegos y detalló que a la película “Swift, el relato de dos siglos bajo el mar”, pueden acceder “no sólo las personas de Santa Cruz, sino también de muchos lugares no sólo de Argentina, sino de otros lugares porque a través de una gestión realizada por el Ministerio de Turismo de la Nación, a través de la Secretaría de Estado de Cultura, se apuesta a mostrar los destinos, la naturaleza, la historia que tiene la provincia”. La promoción del filme fue hecha por la fan page de Turismo de la localidad de Puerto Deseado y “para nosotros es algo muy importante”.

 


Por el momento, fue una programación de fin de semana, de igual forma “se puede ver a través de las páginas, la gente puede acceder a verla, no sólo es bueno para tener conocimiento que nosotros tenemos el primer hallazgo arqueológico en la Argentina y que está en Santa Cruz”.

De esta forma, explicó también a partir de allí se crea el Instituto de Arqueología Subacuática en la Argentina, que “era inexistente y además se exhibe la colección Swift en la Argentina”.

Hallazgo

La tarde del 4 de febrero a las 17 horas emergió del olvido la corbeta HMS Swift, con el hallazgo de las primeras piezas por unos jóvenes de Puerto deseado, grupo encabezado por Marcelo Rosas con tan sólo 16 años. “Luego de esto se arma la Subcomisión de Búsqueda y Rescate de la Corbeta Swift, conformada por el hoy diputado por pueblo Carlos Santi, que en su momento era también uno de los jóvenes”, explicó.

En primera instancia, rescatan del fondo del mar “187 piezas, luego hacen un parate porque ellos mismos consideraban que tenían que buscar profesionales”. Agregando que “tenemos 119 piezas que están listas para exhibir, de las cuales tenemos exhibidas unas 100 piezas, y en los laboratorios de conservación tenemos aproximadamente 397 piezas y todavía tenemos mucho debajo del agua”.

Algunas de la piezas se encuentran en el Museo Mario Brozoski, fundado en 1983, un año después del hallazgo y bautizado así en memoria de uno de los jóvenes exploradores, fallecido tiempo después. Allí se resguardan “cerámica, juegos completos de platos, fuentes, teteras, salseras, cuchillos de origen chino, cerámica inglesa en vidrio, botellas de Ginebra, de Jerez y botellas de vino que se brindaba por la reina”, comentó.

Finalmente, recordó una anécdota muy popular cuando rescataron del fondo del mar dos botellas de vino e hicieron un brindis por el trascendente hallazgo, sin saber lo que significaba en ese momento, “con un vino ajerezado con data de más de 200 años bajo el mar”.

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