Zacarías Barrientos (83), más conocido como “Fittipaldi”, nació y se crio en Puerto NatalesChileEn 1953 migró a Santa Cruz, localidad que dejaría dos años después para regresar a Argentina entre 1981 y 1982 y asentarse en Río Gallegos.

Desde Natales viene el mote de “Fittipaldi”, que da nombre a su reparadora de calzados. “Tenía un negocio y como viajaba todos los días de Natales a Punta Arenas…”, explica a La Opinión Austral en referencia al apodo que toma del apellido del piloto y excampeón del mundo de Fórmula 1 Emerson Fittipaldi.

El oficio

Pero, ¿cómo fue que el amante del automovilismo y del tiro se convirtió en reparador de calzados?

“Un día iba caminando por la Roca, se me sale el taco y veo una zapatería que decía ‘Minguito’, era de Carlos Cortez, pasé y resulta que habíamos sido amigos de la juventud, corríamos en bicicleta juntos. Después de más de 25 años, nos encontramos acá”, cuenta. Por propuesta de Carlos, “Fittipaldi” comenzó a incursionar en el oficio. “Empecé con él y a los pocos días sabía más que él”, agrega entre risas y destaca “vi que era un lindo trabajo y aprendí”.

El histórico “Fittipaldi” en pleno trabajo. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Carlos iba a salir de vacaciones y le propuso que se quedara a cargo del local por unos 25 días, así lo hizo. Tiempo después, iba pasando por la calle Urquiza al 960, vio el local, le interesó, consultó y pagado el mes de adelanto, abrió la tradicional reparadora de calzado “Fittipaldi”.

Entre 1981 y 1982, migró a Río Gallegos y formó su familia junto a su esposa Dora

A los días se encontraría la máquina pulidora que hasta hoy lo acompaña y que le permite hacer “todo: limpiar, lustrar, pulir”.

La reparadora se ubica en Urquiza 960 hace décadas. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Indica que los trabajos más complejos son cambiar los puentes, hacer las taloneras nuevas, “el contrafuerte”, mientras que las costuras o el pegado son parte de la rutina. “Hay trabajitos chicos que te llevan un montón“, marca.

La fiel clientela

En Río Gallegos, “Fittipaldi” conformó su familia junto a Dora. Nacieron Gabriela, Gerardo, Danilo y Ayrton, en honor a Ayrton Senna. Luego llegarían los nietos: “Maca”, “Maxi”, Bianca, Francina, Mía y “More” y también llegó el primer bisnieto, Tadeo.

El reparador de calzados junto a su ayudante Nahuel. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Su hija mayor, Gabriela, es la única de la familia que se acercó al oficio y colabora con trabajos especiales.

En estas cuatro décadas, “Fittipaldi” se ha hecho de una clientela fiel que le suele realizar regalos o acercarle un budín para la merienda.

Hasta a Néstor Kirchner le hice zapatos, le arreglé un par de botas

De sus clientes, dice, recibe “todo alabanzas: ‘No te mueras nunca viejo‘, me dicen. La gente me quiere mucho, gente grande, joven, para los pibes jovencitos soy como un amigo. Viene mucha juventud a arreglar las zapatillas, hoy es el boom de las zapatillas porque vienen malas y hay que arreglarlas. Para comprarlas, tenés que ir con diez mil pesos para arriba”.

Hay clientes que vienen desde que estoy acá, hace añares, son miles los que han pasado. Muchos vienen por recomendación”, cuenta orgulloso.

La pulidora que acompaña el día a día de “Fittipaldi”. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Entre sus clientes hasta estuvo el expresidente. “Hasta a Kirchner le hice zapatos, le arreglé un par de botas”, recuerda sobre un trabajo que le encomendaron en 1983 aproximadamente.

Por estos días, el reparador de calzados está buscando un nuevo local, ya que el que ha alquilado por décadas será destinado a otro fin. Quienes sepan de un local en la zona se pueden comunicar al 2966-525104.

Por lo pronto, “Fittipaldi” pidió a sus clientes “que no se olviden de mí, adonde quiera que vaya van a tener un aviso de donde estoy ubicado, sigan yendo como siempre”.

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