Cientos de vecinos y vecinas participaron este sábado de la inauguración de la Iglesia San Benito, la obra más esperada por la comunidad católica de la capital.

La misa fue presidida por monseñor Jorge García Cuerva, quien fue obispo diocesano de Río Gallegos durante cuatro años y medio y en mayo pasado fue nombrado arzobispo de Buenos Aires.

En este marco, la jornada fue de celebración y de despedida.

En su homilía, García Cuerva expresó: “Me voy muy feliz. Cuando uno se muda tiene que preparar dos valijas: la de la ropa, pero también se lleva muchas cosas en el corazón. En el avío del alma me llevo un montón de cosas, comunidades pujantes, con fuerza y entusiasmo; el rostro de mucha gente que llegó con sueños y que a pesar del clima la rema todos los días, gente luchadora que la viene peleando hace mucho tiempo, para que cuando me queje en Buenos Aires, los recuerde y me pregunte: ¿De qué me quejo?”.

En la flamante iglesia entraron todos, hasta un “callejerito”. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Luego subrayó la importancia de la comunidad: “Cuidado con que creamos que el edificio lo es todo, para construir una comunidad se necesitan cosas que no tienen precio. La gran novedad no es sólo la alegría de tener este hermoso edificio, sino que acá ya había una comunidad que venía caminando y va a seguir haciéndolo“.

En este sentido, señaló que “Dios es novedad y lo lindo es una comunidad que camina y está animada por laicos. Hay que sacarse de la cabeza la idea que toda parroquia tiene que tener un cura, estamos en vías de extinción, somos cada vez menos. Estamos desafiados a que la comunidad camine en torno a la palabra y la eucaristía más allá de la presencia del sacerdote”.

“Es una bendición de Dios que la iglesia ya esté inaugurada”, expresó Laura Cayún. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral.

Además, pidió a la comunidad del San Benito que no deje de recorrer las calles. “Tienen un hermoso edificio, pero no se queden adentro. No dejen de ser callejeros de la fe“, manifestó y agregó “me voy a llevar en el corazón el viacrucis que hicimos el año pasado, lo que anduvimos, que ese espíritu les quede siempre. Sé que acá vamos a estar más calentitos, pero la vida se vive en la calle“.

“Que el Dios que camina no los deje quedarse quietos, que siempre sepan que hay un montón de hermanos que los necesitan“, apuntó.

“Está preciosa, no imaginé que la iglesia estaba tan bonita”, señaló Ana Gallardo. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral.

“Quiero agradecer a los sacerdotes de toda la Diócesis que la luchan en sus comunidades, las religiosas que lo hacen con las distintas vocaciones y los laicos que son un montón, entre los que están todos ustedes”, sostuvo mirando a los fieles presentes y añadió el agradecimiento a autoridades municipales y provinciales con las que “pudimos articular y trabajar unidos por el bien de la gente”.

La hermana Stela Torres recibe la llave del sagrario. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

“Mis padres vinieron a Río Gallegos y por razones de la vida aquí nací, me bauticé, aprendí a caminar y después me fui a Buenos Aires, 50 años después volví y fui bautizado como obispo por ustedes, que fueron los que me enseñaron a dar mis primeros pasos en este camino. Ahora que puedo caminar solo, la Iglesia me pide otra misión, muchas gracias y que Dios los bendiga siempre”, concluyó.

“Gracias padre Jorge”, el mensaje de la bandera de la comunidad del Santuario de San Nicolás. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Casi en el cierre de la misa, García Cuerva hizo entrega de las llaves del sagrario a la hermana Stela Torres, de la congregación de las Misioneras Diocesanas de María, Madre de la Iglesia.

Grasso, Mora y una vecina entregaron una placa a García Cuerva. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Seguidamente, recibió una placa de reconocimiento de manos del intendente Pablo Grasso acompañado por la ministra de Igualdad e Integración, Agostina Mora, y una vecina; y también una bandera realizada por la comunidad del Santuario de San Nicolás con el mapa de Santa Cruz y en la que se leía: “Gracias padre Jorge“.

En el Salón de Usos Múltiples del primer piso, se congregaron para disfrutar de la música de la Orquesta Latinoamericana del San Benito, las danzas de los residentes salteños y de la colectividad boliviana. Además, hubo tortas fritas y mate cocido.

La Orquesta Latinoamericana del San Benito interpretó “Entra a mi hogar”. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

“Estoy encantada, gracias a todos y gracias a Dios, está preciosa, no imaginé que la iglesia estaba tan bonita, bien por el barrio San Benito”, expresó Ana Gallardo a La Opinión AustralLaura Cayún añadió “hicimos el esfuerzo de venir desde la parroquia Inmaculada, es una bendición de Dios que la iglesia ya esté inaugurada”.

Los residentes salteños compartieron sus danzas. Foto: Leandro Franco/La Opinión Austral

Tanto Ana como Laura saludaron al obispo y le enviaron sus bendiciones. “Que Dios bendiga e ilumine su camino, que siempre esté rogando por todos nosotros, por su comunidad de Río Gallegos”, cerró Ana.

A poco de viajar a Buenos Aires, García Cuerva, como lo hizo durante todo su ministerio, dialogó con La Opinión Austral y afirmó: “Es una jornada con mucha alegría, este era un anhelo de toda la comunidad y pudimos lograrlo gracias al aporte y la solidaridad de muchos que nos permitieron tener este hermoso edificio, también está la nostalgia de la despedida, es un encuentro de sentimientos”.

“Siempre las despedidas cuestancuando uno pudo poner el corazón en el lugar que deja, creo que he puesto el corazón y por eso me cuesta un poco más”, cerró, quien el próximo sábado vivirá una jornada cargada de emociones, cuando haga la toma de la sede arzobispal porteña.

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