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En marzo del 2019 se conformó, oficialmente, la Escuela Provincial de Música Re Si, bajo la dirección de Mariano Mosso que, desde esa fecha, orquesta cada paso de la institución. En aquella época, Mosso dijo durante el acto inaugural que la escuela sería un desafío.
“Tengo que decir que es un paso más, pero es seguir con la emoción de ver esos niños que empiezan de a poco y de pronto cumplen una función docente y musical en la sociedad; y me parece que, si eso se multiplica, va a ser muy gratificante para todos, eso es lo lindo de esto”, indicó en palabras textuales.
Cuatro años después, los frutos se vieron rápidamente. La escuela empezó con la sede en Río Gallegos y luego fue expandiéndose a Río Turbio, El Calafate, Caleta Olivia, Puerto Deseado y Pico Truncado.
Además, la institución es un modelo que muchos docentes toman como base para trasladar el proyecto a sus ciudades. En esta quinta edición de “Glaciares en Concierto”, el evento por excelencia de las orquestas y coros infantojuveniles, se dio un encuentro entre pares con estudiantes y docentes de Chile, en particular, de Punta Arenas y Puerto Natales.
La propuesta, concentrada históricamente en El Calafate, agrupa a cientos de chicos y chicas que llegan desde las distintas localidades santacruceñas y del vecino país.
“La clave no es hacer mega encuentros en sí, sino estos pequeños encuentros son los que tienen una potencialidad enorme”, dijo Mosso a La Opinión Austral. “Hace un rato veía a dos docentes que intercambiaban celulares y me pareció muy gráfico, se trata de eso, de generar estas redes”, agregó.
Esta edición empezó el jueves y finaliza con el “broche de oro” esta jornada desde el imponente Perito Moreno, lugar que será testigo del concierto final que darán los chicos y chicas.
Para muchos de ellos es la primera vez que conocen El Calafate e, incluso, para muchos otros es la primera vez que salen de su ciudad. Por lo que generar políticas públicas que apuntan al arte y cultura generan un impacto que va mucho más allá de una firma de escritorio que constituye una escuela.
“Siempre que hay un encuentro numeroso como este, el balance te sorprende porque hay una cosa humana y de motivación en los chicos, en sus docentes que vienen de otras localidades, encontrarse con otros pares y construir música juntos, la verdad que genera mucha proyección para poder seguir adelante”, dijo Mosso.
El día a día
Los días en la Villa Turística arrancan temprano, desde primera hora, y en las múltiples sedes, empiezan los talleres, capacitaciones y ensayos. Se agrupan según instrumentos, localidades y edades y, por la noche, llega la hora del concierto. Las jornadas transcurren en la capilla del pueblo, en el Centro Cultural y en el SUM municipal. Durante largas horas, los chicos y chicos ensayan una y otra vez.
Los tres días maratónicos e intensos son la antesala al gran concierto que se da el día final que, hace un tiempo, se despliega en el Glaciar Perito Moreno. “Cada uno se lleva una inyección de energía interesante. Y los alcances del concierto final es como una punta del iceberg, en realidad, todo lo que pasa es más fuerte de lo que se ve ahí. Desde lo musical, el desafío que se plantea puede ser muy alto o tranquilo. Lo importante es poder tocar en una orquesta tan grande y llevarse de eso ganas de seguir”, contó Mosso.
Esto es resultado de un trabajo colectivo y personal
Durante las tardes, los docentes se despliegan en su esplendor. Enseñan, comparten, acompañan. Hablan con los chicos y ellos prestan atención. Prueba y error hasta que hacen el ensayo general final, todos juntos, y el resultado final es un concierto de máximo nivel.
Los chicos más grandes tienen unos 18 años, los más chicos unos 10 y 11 años, comparten, charlan y practican. “En los conciertos diarios se puede escuchar música de trabajos muy trabajados, eso también es la parte ejemplificadora, que también los docentes hacen para sus alumnos. Es como una rueda que es necesaria de sostener siempre, la profesionalización de los docentes, esta posibilidad de conformar elencos, que puedan mostrar lo artístico como un camino y que los chicos, desde su lugar de estudiantes, se vayan acercando cada vez más a ese mundo de calidad artística”, profundizó Mosso.
Lo colectivo
La magia que rodea a la orquesta es lo colectivo, el trabajo entre cada protagonista queda reflejado en el equilibrio y balance de los chicos y chicas. “Vos lo sabes, potencias al de al lado, y ese es el impacto más positivo que hay”, señaló el director de la Orquesta.
Para Mosso, a cinco ediciones de “Glaciares en Concierto”, todavía hay mucho futuro por delante. “No se alcanzan los objetivos artísticos en el primer o segundo año, es trayectoria, el tiempo es muy importante y el sostenimiento de esa política pública es muy importante”, señaló.
Este domingo, Glaciares en Concierto cerrará una edición que promete a futuro, se consolida en el presente y se proyecta como la base de futuras generaciones profesionales y comprometidas.
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