Desde el Instituto de la Energía General Mosconi se emitió semanas atrás un documento sobre el Plan Gas 4, que hasta aquí se conoce por trascendidos periodísticos. Su presidente, Jorge Lapeña, dialogó con Santa Cruz Produce (SCP) y expuso las principales dudas planteadas en torno a la iniciativa, que apunta a reactivar la producción gasífera en áreas no convencionales del país.

Argentina no puede subsidiar la oferta, sino a la gente que no pueda pagar.

1. Financiamiento
– ¿Se puede decir que la principal crítica que ustedes hicieron se vincula con el modo de financiar los precios de incentivo?
– Sí, porque el precio que se está poniendo como referencia es un precio de 3,4 dólares por Millón de BTU. Eso saldría de una actualización con una tasa del 10%, que puede tomar precios mayores en los años siguientes. El problema es que el precio que se reconozca como incentivo va a tener una diferencia grande con la tarifa que pagan los usuarios residenciales: si por un lado se congelan tarifas a raíz de la pandemia y por otro cada año siguen subiendo los precios de incentivo, esas diferencias se van a cubrir con subsidios del Estado. Y como no está aprobado todavía el Presupuesto 2021, no se pueden prever las partidas necesarias. Es como firmar un cheque en blanco por varios años, comprometiendo montos que será difícil cubrir. Por eso nosotros propusimos que no se haga una subasta inmediata, sino que se prorrogue hasta marzo del año próximo, cuando haya presupuesto y también se haya renegociado el contrato (de aprovisionamiento de gas) con Bolivia, además de haberse iniciado la negociación con el FMI, que seguramente impondrá condiciones restrictivas al manejo del gasto público.

2. Subasta para subsidiar proyectos
– La subasta de la que se habla, ¿sería para captar la oferta durante los próximos 4 años o para cubrir una demanda de corto plazo?
– Es uno de los detalles que todavía no están claros. Ahora, el mercado del gas es un mercado fuertemente oligopólico, no es un mercado abierto y competitivo, ¿se entiende? Un mercado abierto y competitivo puede ser el mercado de hacienda de Liniers, puede ser el mercado de aves y huevos, puede ser digamos donde van muchos compradores y muchos vendedores. Acá hay pocos jugadores y por eso se llama oligopolio, porque está muy concentrado. A lo mejor uno ofrece 3 dólares, pero por ahí se llaman por teléfono y acuerdan que otro oferte 3,49, el otro 3,40. En este tema de la subastas se aprende haciendo, es decir, se podría hacer una subasta, ver en qué se falló y corregir para la próxima. En cambio, si te tirás a la pileta por 4 años seguidos, el riesgo es muy grande.

3. Subsidios a la oferta
– ¿Los subsidios deberían cubrir la diferencia entre el precio de incentivo, de 3,40 dólares por MBTU, y el precio de referencia del mercado internacional, que está en torno a los 2 dólares por MBTU?
– Nos parece que es un salto al vacío, porque por otro lado Argentina no puede dar subsidios a la oferta, en todo caso debería subsidiar a la gente que no pueda pagar. Para dar un subsidio a la oferta, que sería a las petroleras o las productoras, el Instituto Mosconi solamente lo aceptaría en el caso de que haya una auditoría de costos previa. Es decir, si viene un productor, digamos, de Tierra del Fuego, y dice: “Mire, mi costo es este y no puedo ir más abajo”, bueno, en ese caso -auditoría mediante- se podría reconocer el subsidio, pero no que pida un valor determinado y el Estado tenga que pagarlo sin verificar el origen de ese valor.

EN ESTA NOTA Jorge Lapeña

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