Sin ningún tipo de dudas, Silvia Sánchez es una de ellas, contando ya 52 años de carrera dentro de la institución periodística de mayor trayectoria en Santa Cruz. Oriunda de Puerto San Julián, empezó muy joven a trabajar en el diario. “17 años tenía cuando empecé. Yo venía a pasear siempre porque me encantaba Río Gallegos”, relató la histórica trabajadora de LOA.

 

En una de esas visitas a la capital santacruceña, surgió la propuesta laboral en el diario, la cual Silvia no dudó, ni un segundo, en aceptar.

 

 

 

“En mi entrevista fui y me atendió el señor Segovia. Me hace pasar a la oficina que tenía la ventana con persianas. Antes de pasar hice la señal de la cruz, pero no me di cuenta que las persianas estaban levantadas y él me estaba mirando”, contó la mujer entre risas.

Inmediatamente, Don Alberto Rául Segovia le dio el visto bueno a Silvia para que iniciara a trabajar. “Para mí don Segovia fue como un padre”, confesó.

 

Aunque al principio le costó un poco, Silvia se fue consolidando en su labor pasando por diferentes tareas. Desde actividades administrativas y de contabilidad hasta la distribución de los diarios, pasó por distintas áreas en el medio. De todas le quedó alguna anécdota.

 

“Cuando era la época de Malvinas sacábamos dos ediciones, una a la mañana y otra a la tarde. Yo salía a vender en la rotonda de la ruta”, recordó la polifacética empleada.

 

Tiempo después, dificultades de salud impidieron a Silvia continuar con sus tareas diarias. Sin embargo, se recuperó y volvió a su trabajo, que es su pasión para ella. “Yo pasaba más tiempo en el diario que en mi casa. Me encantaba estar ahí”, señaló.

 

Con la llegada de la pandemia, la trabajadora lleva un tiempo lejos de su “segunda casa”, pero aguarda deseosa el momento de reencontrarse con sus compañeros y compañeras en las oficinas de La Opinión Austral.

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