El secretario general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebeyesus, pidió a los líderes mundiales que no politicen la pandemia de coronavirus, sino que se unan para combatirla, en un momento en que los dos países más golpeados, Estados Unidos y Brasil, están sumidos en una crisis política, en parte por sus gestiones sanitarias.

El pedido de Tedros coincidió además con la aceleración de la pandemia a nivel global: superó los 9 millones de infectados y los 469.000 muertos, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins.

La OMS, que lleva un conteo más conservador y lento, calculó el lunes que los casos confirmados en el mundo superan los 8,8 millones y los muertos, 465.000.

“La mayor amenaza que enfrentamos ahora no es el virus en sí mismo, es la falta de solidaridad y liderazgo globales”, advirtió Tedros y agregó: “No podemos derrotar esta pandemia con un mundo dividido”.

Algunos ejemplos de divisiones o tensiones políticas son las denuncias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra la OMS y la falta de coordinación dentro de los países para ayudar a los miles de migrantes que quedaron varados tras el cierre de las fronteras como medida sanitaria.

Además, Tedros destacó que la crisis no es sólo sanitaria con la pandemia.

“Sabemos que la pandemia es mucho más que una crisis sanitaria, es una crisis económica, una crisis social y, en muchos países, una crisis política”, aseguró.

Dos de las crisis políticas más fuertes de la actualidad se viven en los países más golpeados por la pandemia, Estados Unidos y Brasil.

El primero alcanzó a nivel nacional su pico de contagios a la par de Nueva York, su brote más importante hasta ahora. Pero mientras Nueva York tiene hoy una curva pronunciada de descenso, como sucedió en países como Italia y España, el país en su conjunto vive un amesetamiento de la curva que no llega a descender porque más de la mitad de los estados registra aumentos diarios de casos.

Uno de los brotes actuales está en Florida, un estado que el lunes superó los 100.000 casos de coronavirus, con 2.926 nuevos en las últimas 24 horas.

Como sucede en otros estados como Texas o Arizona, el aumento constante de los contagios diarios no frenó la reapertura económica que siguen defendiendo las autoridades locales y el propio Trump, sin modificación alguna.

En Brasil, en tanto, la crisis política se profundiza aún más por la retórica beligerante del presidente Jair Bolsonaro.

El lunes el mandatario insistió en que la reacción mundial a la pandemia fue exagerada y defendió una aceleración del proceso de reapertura de los comercios y una vuelta a la normalidad lo antes posible.

“Les pido a los gobernadores y a los alcaldes de Brasil que, obviamente con responsabilidad, comiencen a abrir el comercio, porque las nuevas informaciones que vienen de todo el mundo, que vienen de la OMS, junto a sus equivocaciones, muestran que tal vez hubo un poco de exageración en el tratamiento de este asunto”, afirmó el mandatario en entrevista con el canal de TV BandNews.

Pese a que Bolsonaro volvió a tildar la pandemia como “una gripecita”, la crisis del coronavirus ya suma un saldo de casi 51.000 muertos y más de 1,1 millones de contagiados en su país.

En menor medida, la pandemia sigue creciendo en otros países latinoamericanos, como Chile.

El lunes las autoridades de Salud informaron sobre 4.500 contagios nuevos en las últimas 24 horas y el país quedó al borde de los 247.000 casos confirmados.

Con estas cifra, Chile ya superó a Italia en cantidad de infectados por coronavirus y es uno de los 10 países con más casos en el mundo, aunque el dato que sigue siendo más preocupante es que su sistema hospitalario sigue al borde de la saturación.

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