A comienzos de los 2000, todo lo que quedaba la “fiesta menemista” de los 90 y el fallido gobierno de la Alianza era tierra arrasada. Y no es que los 80 hubieran sido gran cosa; habían cerrado con una hiperinflación enorme y con un gobierno que había decidido adelantar las elecciones; pero en esa década -al menos- se había salido de la noche más atroz, la de la dictadura militar.

Duhalde le pasa el gobierno a Kirchner. Se inauguraba una nueva etapa.

Tras la renuncia de Fernando de la Rúa, la sucesión de presidentes. Luego, Eduardo Duhalde y el interinato que -no sin inconvenientes- empezó a normalizar la crisis institucional que amenazaba con derrumbar las instituciones de la aún joven democracia. En ese contexto se llegó a las elecciones de 2003, donde por una serie de combinaciones políticas el santacruceño Néstor Kirchner se convirtió en la opción más fuerte del denominado “campo nacional y popular”.

Cómo llegó a la presidencia con el 22% de los votos es historia. Pero lo concreto es que el abogado nacido en Río Gallegos había arribado a la Presidencia de la Nación en un panorama de descrédito total en la política y en los políticos, en un país sumido en la pobreza y la exclusión de millones de ciudadanos y ciudadanas tras el proceso neoliberal de los gobiernos de Carlos Menem y Fernando De la Rúa.

La tapa de La Opinión Austral.

El periodista Horacio Embón recordó ese momento. “Estamos a 20 años de la asunción de Néstor Kirchner y veníamos de la noche más brutal”, comenzó entrevistado por Radio LU12 AM680. “No solamente la sucesión de presidentes en una semana, la bomba de los dos mil, (Domingo) Cavallo y la mentira del equilibrio fiscal”, sostuvo.

Para el analista político, el retorno de la discusión y el debate político, entendido como la posibilidad de transformar la realidad, fue -quizás- uno de los legados más grandes y trascendentes de sus cuatro años de gobierno. No menor fue la recuperación de la figura presidencial, en un tiempo en el que el “que se vayan todos” era moneda corriente.

25 de mayo de 2003. Con Cristina, Máximo y Florencia en Casa Rosada.

“Néstor llegó del sur para ver cómo se podía corregir el rumbo y con una deuda con la que jugó Cavallo con los perdones y, en el mientras tanto, poner en marcha programas sociales para poder sostener; es cierta la pauperización en nuestro querido pueblo porque la idea de reconstruir es desde dónde, porque lo que tenemos que reconstruir son personas”, manifestó.

No menor fue la recuperación de la figura presidencial

La bomba del 2001 fijó otras prioridades, pero no es poco todo lo que se hizo en esos años; sobre todo cuando se encaró esa gigantesca e impresionante deuda, además con el nivel de exclusión social y no dejar margen para otros ajustes. ¿Cómo reestructurar deuda? Los más liberales te hablan de ajustar lo fiscal, ajustar el Estado Y es un tema que vengo escuchando desde (Álvaro) Alzogaray para acá y cada vez que pegaron el zarpazo, se lo comieron”.

Más allá de homenajear a Kirchner, Embón afirmó que “hay que repasar algunos momentos, porque era crecer e incluir a partir de trabajo digno” y añadió como ejemplo que el 2 de marzo de 2004 se derogó la reforma laboral que “era la famosa ley Banelco, que fue cuando se les pagó una coima a los senadores para achicar los derechos de los trabajadores”, junto con el 13 por ciento que se les bajó a los jubilados durante la gestión de Patricia Bullrich en el Ministerio de Trabajo de la Alianza.

Incluso, Embón recordó que el tema de los Derechos Humanos no es algo menor. “Ese 2003 el Congreso de la Nación también había anulado lo que se llamó insanablemente, incluso nulas, las leyes de impunidad de Punto Final y Obediencia Debida”, expresó el periodista. Cabe recordar que el 2 de septiembre de ese mismo año el Poder Ejecutivo, a cargo del entonces presidente Néstor Kirchner, promulgó la Ley 25.779, que declaró la nulidad de las leyes. Y el 14 de junio 2005 la Corte Suprema declaró en la causa “Simón” que ambas eran inconstitucionales. Lo que permitió que cientos de represores, civiles y militares, cuyos enjuiciamientos se habían interrumpido, fueran juzgados.

“Una cosa fue el Juicio a las Juntas en el 85, pero que la presión de los Carapintadas tiró después la ley de Obediencia Debida y Punto Final (gobierno de Raúl Alfonsín) y después (Carlos) Menem te tiró el indulto”, por lo que “había que desarticular todo eso también y se desarticuló” y añadió: “No por casualidad se habla de la generación diezmada; cómo decirles a los distraídos que la tartamudez de Wado De Pedro es porque vio fusilar delante de sus ojos a sus padres y se escondió en una bañera”.

El legado

Horacio Embón recordó que el gobierno de Kirchner se caracterizó por la recuperación de la política como medida de transformación. Remarcó que la periodista y escritora Beatriz Sarlo, que no es precisamente alguien que piense como el peronismo, hablaba estos días de la ausencia de la política como un instrumento porque (Javier) Milei es la antipolítica”, por eso este jueves va a ser un día importante en la plaza” de Mayo.

3 de enero de 2006. Kirchner canceló en un solo pago la deuda con el FMI.

A dos décadas de la asunción del exgobernador de Santa Cruz en la Presidencia de la Nación, en una muy apretada síntesis podría decirse que algunas de las principales acciones de su gobierno fueron la reducción a la mitad en los niveles de pobreza, indigencia y desempleo; pero también algo que hoy parece profundamente necesario y que en ese momento se logró en base a los consensos políticos: la renovación de la Corte Suprema de Justicia. También los juicios por delitos de lesa humanidad, e incluso la recomposición de las relaciones con los países de Latinoamérica, principalmente el Brasil de Lula y la Venezuela de Chávez, con su consecuente rechazo en conjunto con otros países de la región al ALCA, y el pago total de la deuda externa al Fondo Monetario Internacional (FMI).

En términos históricos, el paso del hombre nacido en nuestra Río Gallegos fue apenas un puñado de años. Pero, como dice aquel microrrelato de Eduardo Galeano en el “Libro de los Abrazos”, cuando cuenta que hay “fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores” y fuegos que “arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”, el gobierno del presidente Néstor Kirchner será como una llama eterna, recordado como el que rescató al país de una de sus más profundas crisis.

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