Daniela González denunció a su tío por abuso después de que su sobrina, de diez años, se animara a denunciarlo primero. Según lo que contó a La Opinión Austral, el hecho sucedió hace 13 años en Río Gallegos, pero nunca se sintió acompañada y lo dejó “pasar”.
Todo comenzó hace una semana: “Me llama mi prima y me cuenta que su papá, es decir el abuelo de mi sobrina, abusó de la nena. Hace 13 años él me manoseó y yo lo expuse ante mi familia, pero eso trajo mucho conflicto en ese momento. En ningún momento se me presentó la oportunidad de denunciar y como no me sentí del todo acompañada, lo dejé pasar”, contó Daniela.
Pensó, en aquel entonces, que podía “solucionarlo sola”. Sin embargo, con el relato de su sobrina, vio el “empuje” necesario para animarse ella también.
El “impulso” y denuncia
Daniela contó que el abuso hacia su sobrina fue el 28 de julio y que su prima hizo la denuncia el día después en la Comisaría de la Mujer. Cuando se enteró, se animó e hizo lo mismo.
“Cuando pasó esta situación con mi sobrina, que enseguida lo enfrentó y pidió denunciarlo, a mí me impulsó totalmente a hacer algo por su causa e hizo que enfrente la situación”, relató Daniela a La Opinión Austral.
El 7 de agosto se presentó en la Comisaría de la Mujer para hacer efectiva la denuncia. Sin embargo, indicó: “Esta persona está libre y la familia de él está hostigando mucho a mi prima, piden hablar con la nena, amenazan, insultan. La verdad es que estamos viviendo una situación bastante estresante y difícil”.
Daniela contó que en la Comisaría de la Mujer estuvo cuatro horas. “No recibí malos tratos, pero veo que no están del todo instruidos para trabajar este tipo de temas”, describió.
“A mi sobrina, sin embargo, la dejaron en una sala de juegos sola, durante más de tres horas. Esto fue casi automáticamente después del abuso, porque habló enseguida y se fueron con mi prima a hacer la denuncia”, agregó.
Daniela sostuvo, en tanto, que tienen temor porque la familia del abusador amenaza y hostiga a la suya. “Les mandan mensajes a mi prima, quieren verla”, contó.
“Él hoy es empleado municipal y trabaja como despachante de aduana en una empresa. Yo pedí la orden de restricción porque años atrás, cuando pasó el abuso, él entraba a los boliches a los que iba y me hostigaba con la mirada, me sentía paralizada, te genera miedo”, señaló Daniela.
Contó que Carlos era una persona cercana a ella, con quien mantenía un vínculo familiar muy allegado. “Él era sumamente agradable, cumplía mucho el rol de tío, muy detallista, yo le contaba mis cosas. En ese momento tenía 21 años y él era como muy cercano a mí. Tenía una buena relación o era lo que yo creía al menos”, profundizó.
Para Daniela, previo al abuso, “él era como mi viejo”. Pese a que hace 13 años no sintió el acompañamiento familiar después de exponer a su tío, hoy mantiene buena relación con sus padres.
“Hoy mi familia me apoya a mí y a mi sobrina en esta situación. Si bien era una relación cercana la que teníamos con él, era una persona conflictiva y siempre utilizó mucho el tema del dinero y de abastecernos de cosas que por ahí necesitábamos”, aseveró.
Daniela, para finalizar, hizo hincapié en el valor de su sobrina para afrontar el abuso y denunciar, y remarcó como positivo que cada vez más personas se animen a denunciar. “Me impactó, ojalá la Justicia empiece a tomar esto con más seriedad”, concluyó.
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