En las últimas semanas, el mercado energético mundial ha experimentado un impulso importante. Los contratos de petróleo crudo West Texas Intermediate (WTI) de septiembre y los contratos de petróleo crudo Brent de octubre han experimentado, hasta una semana atrás, otras siete semanas consecutivas de incremento. Lo propio sucedió con la canasta de crudos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

En paralelo, los contratos de gas natural y del gasoil también registraron incrementos significativos, lo que llevó a sostener el precio del crudo, pese al temor sobre un posible enfriamiento de la demanda ante las altas tasas de interés en los principales mercados.

De hecho, en el comienzo de esta semana, los precios del crudo del Mar del Norte (Brent) de referencia en Argentina comenzaron en alza, aunque se desinflaron sobre el cierre de la jornada a valores levemente inferiores a la cotización del viernes último.

Según los especialistas el aumento en el mercado de la energía está íntimamente relacionado con las tensiones geopolíticas y los recortes prolongados en la producción de petróleo por parte de los principales países productores, sobre todos los de Oriente Medio.

Arabia Saudita, el principal exportador de petróleo del mundo, ha extendido su voluntario recorte en la producción de petróleo crudo hasta finales de septiembre. Esto, junto con el ataque de Ucrania a las exportaciones de petróleo de Rusia, ha generado preocupaciones sobre posibles interrupciones en el suministro del petróleo.

Otro dato alentador que sostiene el precio del crudo han sido los datos económicos positivos de Estados Unidos y el alivio de las políticas en China que sembraron esperanzas de una mayor demanda.

¿Estabilidad?

De todas maneras mirando hacia el futuro, los precios del petróleo se mantendrían en torno a los niveles actuales o incluso podrían descender aunque no demasiado. La decisión que adopte, a futuro, Arabia Saudita a partir de octubre y el comportamiento que tenga la economía del gigante asiático (uno de los mayores demandantes de crudo) marcaría, posiblemente, un techo para la cotización del barril y plantearía un horizonte de mayor estabilidad en torno al costo del mismo.

Cabe recordar que la semana pasada, los precios de referencia de ambos meses rompieron una racha de siete semanas al alza y registraron una pérdida semanal del 2%, debido a los temores de la geopolítica. “Seguimos viendo un balance ajustado para el petróleo en lo que queda de año, lo que sugiere que los precios aún tienen margen para subir”, dijo Warren Patterson, aunque también para bajar.

En ese sentido, el consultor se refirió a la proyección del dólar, la que “parece que se está tomando un respiro, lo que supondría un cierto apoyo” a una suba del barril.

Es que un dólar más débil abarata las compras de crudo para los tenedores de otras divisas y, al mismo tiempo, estimula la demanda, aunque aún es muy temprano para confirmar que esto se mantenga en el tiempo.

Otro factor que sostiene hoy el precio del crudo del mar del norte entre los USD 84 y USD 85 por barril (al cierre de esta edición cotizaba en el mercado de Futuros a USD 84,5, contra los USD 84,8 que había cerrado el viernes) es la volatilidad en torno al precio del gasoil utilizado para la calefacción, a pocos meses de que comience el invierno en todo el hemisferio norte.

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