A mediados de mayo del 2020, en plena pandemia, internas del Anexo 3 del Servicio Penitenciario Provincial denunciaron ante La Opinión Austral que fueron víctimas de una requisa muy violenta: las golpearon y les arrebataron sus elementos.

Hoy, casi a un año de aquel hecho, volvieron a contactarse con este diario para advertir sobre nuevas irregularidades, que dejaron plasmadas en una denuncia que presentaron en la Fiscalía N° 2.

Una de las voceras del grupo de diez mujeres presas dijo que la denuncia es contra la directora de la Alcaidía 3 del SPP. Aseguró que sufren “represalias” por haber apuntado a los estrictos controles de alimentos que sufren por el personal penitenciario.

“A veces la comida que nos dan viene en mal estado, fría o en cualquier horario. No nos alimentan bien y muchas compañeras han bajado muchísimo de peso. Yo más de 20 y me estoy descalcificando, me mandaron a hacer análisis y necesito vitaminas, pero no me las dan”, manifestó.

Relató que, al denunciar esto, le sacaron las videollamadas con sus familias. En virtud de que las visitas son con protocolo Covid, no pueden ver a sus hijos menores, y estas interacciones por celular eran la única posibilidad que tenían de “estar con ellos”.

“El otro punto pasa por las instalaciones, están en muy mal estado”, agregó, pero remarcó que la principal desigualdad con otras unidades carcelarias pasa por la comunicación.

“En otras unidades de dependencia manejadas por el mismo servicio penitenciario, usan sus celulares de 08 a 00, y acá solamente seis horas, siendo que sabe que la mayoría somos mamás y tenemos familia”, criticó.

Nos discriminan. Todos estamos en calidad de detenidos y poseemos el mismo derecho. Estamos peor que todos, es la peor unidad: mal alimentadas, sin patio -o nos sacan cuando quieren-, sin sala de recreación y ahora sin agua -porque se rompió una bomba- y sin comunicación”, advirtió.

Concluyendo, remarcó que la última requisa que tuvieron fue en diciembre. “Entraron con perros y no encontraron nada. En otras unidades, hasta droga y armas, y siguen con los beneficios, y acá al contrario, nos los sacan”, volvió a cuestionar.

 

Es la peor unidad: mal alimentadas, sin patio y sin comunicación

“Es indigno e inhumano lo que estamos viviendo, no sólo yo sino también mis compañeras”, añadió al remarcar que para ellas “lo fundamental, la comunicación, es lo que más nos afecta”.

 

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