Se trata de un instrumento que mueve unos $ 250.000 millones por mes y cuyo potencial, es incluso mayor al de los cheques de pago diferido.

Si bien hay bancos que ya tienen vigente el mecanismo, la implementación del Sistema de Circulación Abierta de la FCE (Facturas de Crédito Electrónicas) que dispuso días atrás el Banco Central ampliará el servicio a todos las entidades con cartera pyme, de modo que puedan descontar o transmitir las facturas otros sujetos autorizados, como entidades de crédito extrabancarias.

Aunque casi 140.000 pymes emiten FCE cada vez que prestan un servicio de más de $ 146.885 a una empresa grande, no todas saben que, una vez aceptadas, las facturas se transforman en un instrumento de crédito que puede descontarse de forma similar a la de un cheque.

Si bien está vigente desde 2018, la falta de difusión y el desconocimiento de las empresas impidieron que la FCE alcance su potencial crediticio, por lo que se espera que con el apoyo del sistema financiero crezca su funcionamiento.

“Ahora será más simple acceder a la información de las FCE, ya que tanto quien emite como quien recibe las facturas podrá verlas desde sus home bankings y tomar acciones desde ahí”, aseguró Mariela Pérez, Product Manager de Pagos Comerciales para Empresas de Banco Galicia.

 

 

Abogó por que “así como sucedió con el cheque electrónico, la FCE permita que más gente acceda a medios de pago digitales y el mercado completo se beneficie”.

En el caso del Banco Itaú, “la operatoria ya está disponible desde el año pasado y tiene incluida, entre otros servicios, la consulta y generación de las operaciones de descuento desde la home banking”, señaló Gonzalo Zugazaga, gerente de Producto y Analytics.

Si te toman los datos de enero de 2021, solo se operaron $ 142 millones en FCE en el Mercado Argentino de Valores (MAV), apenas el 0,05% del total de facturas cuando, por ejemplo, en el mismo mes los créditos comerciales crecieron $ 30.000 millones.

“El potencial es enorme. La FCE nació en 2018 a dos meses de una recesión muy fuerte. No se le dio la capacitación y difusión necesaria. Eso hizo que el instrumento quedara en un limbo. Ahora el escenario es distinto”, apuntó Bruno Cosentino, CEO de Invoition.

“A partir del sistema abierto, se podrá descontar las facturas en cualquier entorno, tanto bancario como extrabancario y bursátil. Hay que seguir fidelizando y evangelizando al empresario pyme”, afirmó.

Para Hernán Visconti, CEO y Fundador de BILL Group, otra de las fintech dedicadas a la operación con pymes, si bien la FCE “se va a complementar muy bien” con el descuento de cheques, se trata de un instrumento superior.

“Hay ventajas únicas que no tiene el cheque como, por ejemplo, que no haya riesgo en caso de falta de pago. Eso hace que la pyme no se haga responsable a futuro y que pueda descontarse sin necesidad de aval para conseguir una tasa competitiva”, dijo Visconti.

En ese sentido, un cheque sin avalar a menos de 60 días promedió en la primera semana de febrero una tasa de descuento del 38% anual en el MAV mientras que, para la FCE, fue del 36%.

Desde la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) elogiaron que el Gobierno “le dé continuidad y potencie” a la Factura de Crédito Electrónica que “es el mejor instrumento financiero para una pyme en la Argentina”.

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