Lo que le sucedió a Lorena Rodríguez de Pico Truncado es algo que viene pasando seguido. La mujer puso a la venta una bicicleta en su Facebook. A raíz de esto la contactó un interesado que le pidió su CBU, le hizo creer que le había transferido una suma equivocada de dinero y luego de hacerla ir al banco y realizar movimientos en su cuenta bancaria mientras era guiada por “personal del banco”, terminaron estafándola.

 

Sin embargo, Lorena corrió la suerte de que aún no le habían depositado su sueldo. Es decir que los ladrones sólo se quedaron con $ 43,70. “Olvídense de vender algo y aceptar que te paguen por MercadoPago o con transferencia, si usted vende un pantalón, una pelota o lo que fuera, que le lleven la plata en la mano. Nunca reciba en su casa cuando este sola, ni dé su dirección. Yo agradezco a Dios que mi cuñada me advirtió de no pasar la ubicación”, aconsejó la mujer a la comunidad, en diálogo con Radio Sur.

 

Contacto

Lorena había puesto a la venta una bicicleta a $ 40.000 y un hombre le escribió en Messenger. “Me pidió mi número de teléfono y me llamó, me dijo que se llamaba Gustavo Escheberría, que vivía en Neuquén y trabajaba en los camiones de La Serenísima, que iba a viajar a Truncado y quería la bici”, contó. Luego le pidió su CBU para depositarle una seña de $ 20.000. Desde ese momento comenzó el engaño.

 

 

El tal Gustavo le pasó una imagen del banco Galicia donde se leían los datos de la vecina y aparecía que se había hecho una transferencia equivocada de $ 200.000, 180 mil más de lo que pedía de seña. La llamó para explicarle el error y le pidió si podía pasarle el número de ella para que la contactaran desde la entidad bancaria, así buscaban la manera de arreglar. Lorena accedió y horas más tarde fue contactada por un supuesto empleado del Banco Santa Cruz.

Engaño

“El hombre me dijo que a través de mi cuenta homebanking no le iba a poder devolver el dinero a Gustavo, que iba a tener que ir al cajero para que desde ahí gestionemos la transferencia. Fui con toda la fe del mundo. Por llamada me dijeron que ingresara mi clave normal y entre en gestión de claves, me dice: Ahí te va a largar el ticket con un número, pasámelo”, yo no me imaginaba que me están hackeando”. Le pedían a ella una cuenta bancaria que tuviera dinero, porque sino “no servía”.

 

 

Luego de descubrir el engaño, en parte gracias a su familia, Lorena le escribió al delincuente: “Le pregunté si le sirvieron los $ 43,70, él me miraba los mensajes y no me respondía. Mi cuñado le mandó un audio diciéndole: Te quedaste con las ganas, no le sacaste nada y él le puso: Jaja”. Hasta ahora sigue apareciendo “en línea”.

 

 

Aunque aceptó que tiene miedo, ya que cuando fue al banco “había un encapuchado apoyado en la baranda del Santa Cruz, con el rostro tapado, que nunca dejó de mirarme. Cuando vio que llegaban mi hermana y mi cuñado, se fue. Este hombre (Gustavo) insistió mucho en que le diera la ubicación de mi casa”.

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