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El Aeropuerto Internacional “Comandante Armando Tola” de El Calafate fue escenario de una situación de alta tensión este viernes por la mañana, cuando una amenaza de bomba llevó a la evacuación de todos los pasajeros en la terminal.

El responsable de este suceso fue un pasajero brasileño, quien alertó al personal sobre la supuesta presencia de material explosivo en su equipaje. Aunque su declaración pudo haber sido hecha en tono de broma, activó de inmediato el protocolo de seguridad, con la actuación preventiva del cuartel de Bomberos de la Policía Federal.

La revisión del equipaje del turista y del edificio no reveló la existencia de ningún artefacto explosivo, lo que permitió que el aeropuerto recuperara su funcionalidad y que el hombre quedara detenido.

Ahora, se conoció que el individuo permanece bajo custodia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) a disposición de la justicia federal. Se le imputa un delito que conlleva una pena de tres meses de prisión.

Según informó Señal Calafate, pasó la noche detenido e incomunicado, y este sábado fue trasladado a Río Gallegos para ser presentado ante las autoridades del Juzgado Federal de esa ciudad.

Hasta el momento, se le imputa la transgresión del artículo 194 del Código Penal Argentino, que penaliza a quienes impiden el normal funcionamiento de los servicios públicos, aun sin generar peligro real.

Para este delito, se contempla una pena de prisión de tres meses, lo que indica que el turista podría recuperar su libertad en pocas horas, dado que se trata de un delito con sanción menor a tres años.

Pánico en el aeropuerto de El Calafate

Fue cerca de las 9:18 horas de la mañana cuando un pasajero oriundo de Brasil, durante el proceso de check-in para un vuelo de Flybondi, alertó al personal sobre la supuesta presencia de material explosivo en su equipaje.

Esta declaración, aunque posiblemente hecha en un tono de broma, activó de inmediato el protocolo de seguridad, desatando un despliegue de autoridades y servicios de emergencia, ante la atónita mirada de los pasajeros que desconocían lo que estaba ocurriendo.

El protocolo de evacuación fue ejecutado con rapidez por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que tomó la situación con la seriedad que merece.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, testimonios recabados y lo consignado por medios de la villa turística se pudo saber que los pasajeros del vuelo 5U 452 de LADE, que había llegado desde Comodoro Rivadavia y estaba a punto de partir hacia Río Gallegos, se encontraron en la inesperada situación de ser desalojados del avión.

Tomen sus cosas personales. Hay amenaza de bomba. Bajen todos“, fue el mensaje que recibió la tripulación, generando una atmósfera de incertidumbre entre los viajeros.

Poco después de esta alarma, cerca de las 10:30, una horas después de comenzado el protocolo para este tipo de casos, las autoridades dieron el visto bueno para que los pasajeros pudieran regresar al aeropuerto, tras confirmar que no se había encontrado ningún explosivo.

El pasajero que hizo la declaración fue demorado de manera preventiva y se realizaron las verificaciones pertinentes, lo que, si bien generó una significativa demora en los vuelos, logró que la situación no pasara a mayores.

Las demoras en las partidas fueron notorias: el vuelo de LADE que debía salir a las 9:50 finalmente despegó a las 11:03, mientras que otros vuelos, como el AR 1839 hacia Buenos Aires y el de Flybondi hacia Ushuaia, también experimentaron retrasos significativos.

Esta situación no sólo alteró los itinerarios de los pasajeros, sino que también impactó en la logística del aeropuerto, que, como es habitual en circunstancias de este tipo, tuvo que trabajar bajo presión para restablecer el servicio.

La administración del aeropuerto, en un comunicado posterior enfatizó la importancia de la seguridad y la respuesta efectiva ante amenazas.

Si bien la broma del pasajero brasileño causó un gran revuelo, el operativo exitoso subrayó la preparación y coordinación de las fuerzas de seguridad.

Las autoridades del Aeropuerto de El Calafate, así como la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), continuarán trabajando para garantizar la seguridad y tranquilidad de todos los viajeros que arriben o se vayan de la villa turística.

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