Esta fiesta, tan arraigada en Estados Unidos y que cada vez se difunde más en otros países, tiene su raíz en una tradición celta (pueblos de la Edad de Hierro).
Una antigua leyenda irlandesa cuenta que los celtas celebraban la fiesta del “Samhain” (del 31 de octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la temporada de cosechas, en la cultura, y era considerada como “Año Nuevo” que comenzaba con la “estación oscura”). Es el paso de “apertura al otro mundo”. Su etimología es gaélica y significa “fin del verano”.
Se creía que, esa misma noche, los espíritus de los muertos volvían y paseaban entre los vivos; aunque algunos con malas intenciones.
Entre las costumbres existentes, para ahuyentarlos, estaba la de vaciar hortalizas y decorarlas con velas. En el siglo XIX, los irlandeses que emigraron a Estados Unidos, retomaron esos hábitos.
En ese tiempo había excedente de calabazas y las comenzaron a utilizar, hasta que se convirtió en el símbolo característico que conocemos.
La leyenda de Jack-o’-lantern o la calabaza del diablo
La historia dice que el demonio fue a buscar a un granjero tacaño y mentiroso, llamado Stingy Jack, que tenía la costumbre de estafar a sus vecinos. Stingy logró atrapar a ese espíritu, usando una cruz, y conseguir diez años más a cambio de su liberación.
Esto se repite una década después, cuando Jack subió al diablo a un manzano. El acuerdo para una nueva liberación consiste en que el jamás vuelva por el alma del granjero.
Pasaron los años, Stingy murió, y tuvo que dirigirse al infierno; allí, como venganza, fue rechazado y condenado a deambular por el purgatorio, lanzándole una brasa que “nunca dejaría de arder”; este la colocó dentro de una hortaliza, para fabricar un farol, y alumbrar el camino hasta encontrar un lugar donde poder descansar eternamente.
El significado de las calabazas
A partir de esto, la idea es representar la cara de Jack a través del purgatorio.
La costumbre es encenderlas en las vísperas y ponerlas en las ventanas para guiar a las almas buenas, ahuyentar al diablo y los malos espíritus
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