La curiosa mascota es de Rusia y su peso es de casi 13 kilos. Su dueña afirma estar muy sorprendida por el peso del gato y los especialistas ya le informaron que puede continuar creciendo mucho más.

Tal para cual: Kefir tiene un lugar en la vida de Minina.

Todo comenzó cuando su dueña llamada Yulia Minina compró a su mascota, pero con el total desconocimiento de si iba a ser de gran tamaño o no. Con solamente un año y 10 meses, el felino consiguió el mismo peso que un infante de dos años. Hasta el momento, el animal sigue creciendo cada vez más.

Las fotos no le molestan, en realidad nada parece hacerlo. Es una compañía muy pacífica.

Yulia reside en Rusia, en una pequeña localidad que está a 618 kilómetros de Moscú. En ese lugar, compró a su mascota al cual nombró Kefir que era una pequeña bola de pelos.

Uno de los datos importantes es que el animal es de raza Mainecoon, que suelen ser gatos bastante grandes y largos. El nombre que tiene es por la bebida láctea, debido a su hermoso pelo blanco y suave y su dueña confirma que muchas veces “se confunde con un perro porque es muy enorme”.

Fecha especial: el cumpleaños para el pequeño que sigue creciendo.

“La mirada es generalmente como la de una persona, y Kéfir tiene una apariencia formidable, pero es un niño muy cariñoso y modesto. Kéfir no solo creció en tamaño, es un gato muy inteligente y cariñoso y nunca pierde la calma”, afirma Yulia, que también manifestó que “nunca imaginé que un gato pudiera llegar a ser tan grande”.

Si su amiga humana así lo prefiere: se acomoda al mando del vehículo.

Uno de los inconvenientes es que el felino tiene la costumbre de treparse a su cama para dormir con su dueña a la noche. “Cuando era un gatito, no me causó ningún problema, pero ahora es tan grande y pesado que es difícil dormir así”, explicó quejosa.

EN ESTA NOTA Gato kefir mainecoon rusia

Leé más notas de La Opinión Austral