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“Último día de la Copa América. Una vez más llegamos hasta el final… Este increíble camino habría sido imposible sin el trabajo de todos, los que se ven más y los que siempre están detrás de cámara. Gracias a todos por el esfuerzo y la pasión, a todos los compañeros y al cuerpo técnico, a los trabajadores de la selección y a todos los argentinos que nos vinieron a alentar a Estados Unidos y a los que no pudieron venir, pero nos apoyan desde nuestro país y también desde otros lugares donde están viviendo”. Las palabras de Messi. Del mejor de todos, antes de la final ante Colombia. Antes de darnos, otra vez, una copa que festejar a los 50 millones de argentinos.
El campeón del mundo -en sus redes y compartiendo una foto de la delegación argentina completa que compitió en Estados Unidos- hizo referencia a los “invisibles“. Utileros, cocineros, doctores, masajistas y kinesiólogos, entre otros, que están al pendiente de cada detalle para que la “Scaloneta” pueda rendir al máximo ante cada desafío. De los “Maritos” (NdR: Mario De Stéfano, histórico utilero del seleccionado). De Diego Iacovone y Antonia Farías, los cocineros. Por nombrar algunos.
Entre ese grupo de ignotos pero imprescindibles se encuentra Emilio Pittavino de Río Gallegos. Destacado kinesiólogo de 39 años que trabaja desde 2017 en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), cuando le dieron la posibilidad de sumarse a las selecciones juveniles. Desde entonces, viene cumpliendo sueños, para orgullo de su familia, amigos y de toda la provincia de Santa Cruz.
Sí, un santacruceño, con Messi, Dí María, “Dibu” Martínez y Scaloni, fue campeón de américa.
No le fue sencillo estar donde está. De perfil humilde y gran profesionalismo en lo que le apasiona, se hizo “de abajo” en la Selección Argentina. En 2004 se fue a vivir a Buenos Aires para estudiar y desde 2017 comenzó a trabajar como kinesiólogo en las Selecciones Juveniles de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Comenzó con la Sub 15 y Sub 17, formando parte de los planteles que compitieron en el Sudamericano de Paraguay 2019 y en Perú. Allí levantó sus primeros trofeos. El último, en Estados Unidos, para gritar bicampeón.
Dos años más tarde, después de aquel gran viaje a Lima, fue parte del equipo de la Selección Argentina de Futsal que se consagró subcampeona del mundo.
En dicha oportunidad, en la previa de un partido que posteriormente sería derrota ante Portugal, el kinesiólogo de la Scaloneta dio al Grupo La Opinión Austral la única entrevista que hasta el momento concedió en lo que lleva de su carrera profesional.
Pese a que desde 2004 se instaló en Buenos Aires, nunca se olvidó de los suyos. De su familia. De Río Gallegos. Es por ello que este lunes, toda la comunidad celebró el logro de Emilio Pittavino. Desde los más cercanos hasta los desconocidos. Desde Ferrocarril YCF -club del que defendió sus colores como futbolista- hasta Bancruz, otra histórica institución de la Liga de Fútbol Sur de nuestra ciudad.
“Allá (NdR: por Río Gallegos) tengo a toda mi familia , un saludo para ellos que están todos disfrutando esto más que yo, y es el fruto de ellos más que de cualquiera”, decía tras el paso a la final de futsal. Agradecía de esta manera a sus abuelos, familia en general y amigos, que este domingo en la final ante Colombia festejaron por duplicado: por Argentina y Messi, y por él.
En aquel reportaje exclusivo, cerraba la nota con un textual que tranquilamente puede replicarse hoy, en pleno auge de su carrera, con la selección campeona del mundo, bicampeona de América y de la Finallisima: “Contento y orgulloso de ser riogalleguense y estar en este lugar representándolos”.
Hoy Río Gallegos se enorgullece más que nunca de Emilio Pittavino.
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