Un hombre de 68 años fue hallado sin vida en el interior de una construcción en estado de abandono de la localidad de Las Heras y causó conmoción en la sociedad. Las circunstancias de la muerte son investigadas por la Policía de Santa Cruz y la Justicia, aunque todo indicaría que se trató de un suicidio.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso el diario La Opinión Zona Norte, la advertencia se dio a través de un llamado telefónico a la Comisaría Primera de la ciudad. La información daba cuenta de que habían encontrado a una persona fallecida dentro de una construcción.

El cuerpo se encontraba en el interior de una casa que estaba abandonada desde hace un tiempo. La propiedad en cuestión se encuentra dentro del predio de la cancha “Tehuelche” que está ubicada en la intersección de la avenida Ángel Bezunartea y la calle 13 de Diciembre.

Asimismo, los uniformados que llegaron primero al lugar indicado solicitaron la intervención de personal médico del Hospital Distrital de la localidad petrolera de la zona norte de la provincia santacruceña. Un doctor constató el fallecimiento del adulto mayor.

La Policía efectuó las tareas correspondientes en el lugar del hallazgo, como la inspección ocular y otras pericias, en conjunto con el personal del Gabinete Criminalístico. Asimismo, se dio intervención al Juzgado de Instrucción Penal y Juvenil N° 1 a cargo del juez Eduardo Quelín.

Por otro lado, una fuente policial comentó a La Opinión Zona Norte que el hombre “se había separado a principio del mes de su pareja y aparentemente estaba mal emocionalmente”, y agregó: “Se cree que por eso tomó esa drástica decisión, ese es el testimonio que tenemos, a su vez tenía problemas psiquiátricos”.

Finalte se conoció que todo indicaría que el ciudadano se habría quitado la vida. Sin embargo, la fuente confirmó a este medio que a horas de la mañana de este lunes los restos iban a ser sometidos a una autopsia en la morgue judicial de Puerto Deseado para determinar las circunstancias reales de la muerte.

Prevención

Lucila Caro (MP LP 581), psicóloga clínica en abordaje comunitario, prevención de consumo, problemáticas de salud mental e integra la Comisión de salud mental, ética y derechos humanos del Colegio Profesional de Psicólogos de la provincia, brindó una nota de prevención a La Opinión Zona Norte. Lo primero para entender es que no hay una única causa por la que una persona toma esta decisión, sino que es un fenómeno multicausal, que se da en contextos que tienen que ver con factores de salud mental, familiares, laborales, educativos y sociales, teniendo este último un rol importante, según dijo la profesional.

Hay mitos que obstaculizan la prevención en sí, como subestimar las emociones de las personas con ideas suicidas; el silencio que se guarda en torno a eso, pensando que si se habla del tema se está instaurando como una idea, y la falta de intervención de terceros por creer que es algo personal, que se tiene que ocupar la familia o minimizar la situación. “La escucha es muy importante y a veces las personas no necesitan que les hablen, sino que las escuchen poder sacar de adentro, poder exteriorizar lo que están sintiendo”.

En este caso, el rol que puede llegar a tener la comunidad en general -y no sólo del entorno cercano de una persona- es fundamental para prevenir. Es decir que, la prevención de suicidios no es una cuestión exclusivamente familiar, sino que convoca a toda una sociedad. “Muchas veces esta conducta se ve subestimada con opiniones de querer llamar la atención, y claramente que una persona con estas ideas quiere emitir un mensaje para pedir ayuda y eso no está mal, es un llamado positivo para que la comunidad acompañe a resolver esa situación”, comentó Caro.

Asimismo, manifestó que es importante crear recursos de comunicación asertiva desde la infancia. “Cuando un adulto está transitando una situación conflictiva y no tiene fortalecidos los recursos de diálogo no puede verbalizar lo que le está pasando o siente que lo que le pasa no amerita la llamada atención de otra persona, por eso es muy importante que el entorno, las instituciones, el grupo de pares, familiares y personas allegadas estén atentos a estas señales conductuales y discursivas que se pueden dar”.

Sobre todo, es necesario analizar y repensar frases como “los varones no lloran”. “Según las últimas cifras, las mujeres son quienes más intentos tienen, pero los hombres son quienes más lo logran”, explicó, y esto se entiende por la invalidación emocional para no exteriorizar sus emociones, con la que crecen. “El llanto es la respuesta esperable a la tristeza, entonces, si el hombre cree que ellos no lloran, cómo va a exteriorizar lo que siente?”, cuestionó, ya que de ahí se llega a conductas autoagresivas.

Finalmente, comentó que niños, niñas y adolescentes están en proceso de construcción de identidad y que su primer medio social es la familia. “Ahí aprenden a elaborar y construir los recursos para resolver conflictos, pero si la familia no tiene instaurado el diálogo como resolución de conflictos, ellos tampoco van a poder acudir al diálogo para expresar lo que están sintiendo, ni conocer las emociones que están experimentando. Muchas veces no se sabe lo que se siente y se pasa al acto directamente, y otras veces los intentos no son con la finalidad de dejar de vivir, sino de ponerle fin a un dolor que no se puede verbalizar”.

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