Una curiosa resolución tuvo el Tribunal Oral Federal de Río Gallegos, en relación a un hombre al que, años atrás, le encontraron una importante cantidad de drogas pero, por diferentes cuestiones, sólo deberá atenerse a un régimen de conducta y no pisará una prisión.

El caso tiene como principal protagonista a un hombre de apellido Hammond, de 27 años que vive en la localidad de Las Heras, lugar en el que en el 2017 la Policía le halló casi un kilo de marihuana durante un allanamiento por otra causa que no tenía nada que ver con la droga.

A Hammond y a otro hombre que finalmente fue beneficiado con una omisión de debate, los habían acusado de “tenencia de estupefacientes con presuntos fines de comercialización” por el Juzgado Federal de Caleta Olivia pero, finalmente, se cambió la carátula beneficiándolos.

Tanto Hammond como su consorte de causa están en libertad y seguirán en esa condición a menos que incumplan un régimen bastante flexible: sólo fijar domicilio durante un tiempo, abstenerse de abusar del alcohol o estupefacientes o incurrir en nuevos delitos. En caso que lo hagan, perderían el beneficio de la libertad.

De acuerdo al fallo firmado por el juez Mario Gabriel Reynaldi y al que tuvo acceso La Opinión Austral, el caso se remite a mayo del 2017, cuando la Policía de Santa Cruz se encontraba  investigando un hecho de abuso de armas de fuego. Tras las primeras averiguaciones, Hammond fue apuntado como el autor de unos disparos al aire y se solicitó una orden de allanamiento al Juzgado de Instrucción Penal N°1 de la localidad.

El procedimiento se hizo en horas de la noche del 17 de mayo de aquel año. Si bien se desconoce si se encontraron armas de fuego en la vivienda, este diario pudo saber que dentro del inmueble hallaron droga arriba de una mesa, cerca del termotanque, además de una planta de marihuana en la habitación de Hammond, pero el grueso de los estupefacientes estaba entre los dos colchones de la cama del ahora condenado.

Se trataba de un poco más de 750 gramos de marihuana, eso, sumado al resto, entre prensado y cogollos de la misma sustancia, llegó a pesar cerca de los 800 gramos. En ese momento, comenzó la investigación en el fuero federal contra el acusado, por lo que la Justicia ordenó que le secuestren su teléfono celular.

En primer momento, surgió evidencia a prima facie que daría cuenta que Hammond se dedicaría a la venta de drogas, pero eso no se sostuvo. En la instrucción surgieron datos que incriminaban al hombre, ya que se encontraron mensajes que intercambiaba con terceros que, por ejemplo, le preguntaban: “¿Amigo, no la viste a ella?” o por ejemplo él diciendo: “Sabés que llegó mi tío, por si querías hacer un negocio con él”.

Aunque se podría decir que estos mensajes encriptados podrían hacer alusión a la compra y venta de estupefacientes, para la Justicia Federal no hubo elementos suficientes como para poder acreditar que, efectivamente, se hablaba de transacciones ilegales.

Otros mensajes sí dan cuenta que Hammond era un consumidor de drogas. En uno de los mensajes invita a un amigo a consumir drogas cuando afirma: “Estoy esperando a mi primo que viene a ver la planta mía, más tarde te tiro texto así quemamos algo“, u otro en el que le envía a un tercero la imagen de la planta que, durante el allanamiento que hizo la Dirección de Investigaciones, le secuestraron.

El expediente durmió en el tribunal hasta esta semana cuando finalmente se resolvió la situación de Hammond. En un juicio abreviado, el hombre reconoció el delito de tenencia de estupefacientes y que era un consumidor de marihuana.

Además de que los mensajes no fueron suficientes para sostener el agravante de la comercialización, la Justicia tuvo en cuenta que no hubo una investigación previa contra Hammond por supuesta venta de drogas, sino que la Policía se “topó” con la sustancia por otra causa. En ese sentido el delito quedó encuadrado en tenencia simple de estupefacientes.

En consecuencia, Hammond fue sentenciado a la pena de dos años de prisión en suspenso, sólo deberá cumplir con el régimen de conducta y pagar los costes del proceso

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