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Las autoridades de las Defensorías de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes de Neuquén expresaron su profunda preocupación por el aumento de casos de bebés recién nacidos con cocaína y otras sustancias tóxicas en su metabolismo. Esta alarmante situación, que se ha intensificado desde la pospandemia, pone de manifiesto una crisis social y de salud que afecta tanto a las madres como a sus entornos familiares.

Florencia Baldauf, psicóloga del Ministerio Público de la Defensa, advirtió que “desde la pospandemia venimos detectando un incremento en las situaciones de bebés recién nacidos con metabolitos positivos”. Estos niños deben permanecer al menos siete días internados por protocolo sanitario y luego recibir seguimiento y acompañamiento familiar.

El fenómeno preocupa a las defensorías, ya que indica un consumo activo de drogas, principalmente cocaína durante el embarazo, por parte de las madres. Este consumo no solo pone en riesgo la salud del bebé, sino que también refleja una situación de vulnerabilidad y adicciones sin tratamiento adecuado.

La detección comienza en el parto y requiere intervención inmediata

La detección de estas sustancias ocurre generalmente en el momento del parto. El personal de obstetricia, al advertir indicadores de riesgo en los controles prenatales, solicita estudios específicos que pueden confirmar la presencia de sustancias ilegales. Ante un resultado positivo, intervienen las defensorías para evaluar la situación familiar y decidir medidas de protección para el recién nacido.

Suele pasar que, en contacto con los progenitores del recién nacido, existe un gran desconocimiento de esta situación y de las consecuencias que puede tener la ingesta de sustancias prohibidas durante el embarazo. O bien, una situación que no se puede controlar.

Es que los consumos problemáticos que padece una persona también y en la mayoría de los casos afecta a su entorno. “Afecta la capacidad de cuidado de sí mismo y, por ende, también del cuidado de un niño que requiere, digamos, de un adulto que lo proteja”, agregó, por su parte, la defensora Mónica Palomba.

Aunque la madre no desea consumir ni quiere que su hijo por nacer sufra las consecuencias, la profesional advirtió que la mujer “no encuentra las estrategias para poder modificar” su conducta y aclaró: “No se trata de voluntad. Por eso es importante que cuando se detecta el problema, porque el adulto que tiene que proteger, se pone en riesgo a sí mismo y a un otro, contemos con un sistema que de alguna manera esté a disposición para responder a los tiempos que ese bebé requiere”, destacó la defensora del Niño/a y Adolescente.

Urge una respuesta articulada del Estado

La problemática de los bebés que nacen con droga en el cuerpo en Neuquén requiere una acción articulada entre los distintos organismos estatales. Desde las defensorías se impulsa el trabajo conjunto con hospitales, como el Hospital Heller, y con la Subsecretaría de Salud, para abordar este problema desde una perspectiva integral e interdisciplinaria.

También se enfatiza la necesidad de brindar apoyo económico y psicológico a las familias afectadas, fortaleciendo los vínculos y evitando, en lo posible, la separación del grupo familiar.

La Ley 2302, que adhiere a la Convención sobre los Derechos del Niño, establece la prioridad absoluta de la niñez en todas las políticas públicas. Por eso, las autoridades insisten en la importancia de actuar preventivamente y ofrecer soluciones que respeten los derechos de los niños, niñas y adolescentes, promoviendo entornos seguros y saludables desde el nacimiento.

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