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En el marco del mes de la Educación Especial, celebrado durante agosto en Argentina, la Sección Especial Anexa (SEA) de la Escuela Pública Provincial N° 6 de Comandante Luis Piedra Buena, presentó una atractiva propuesta. “La roca y el viento” un espectáculo multisensorial cuyo objetivo fue, a través del estímulo de los sentidos, respetar el derecho de todas las personas a formar parte de la misma sociedad.
Florencia Leiva, vicedirectora de SEA, habló con La Opinión Austral. Trabajan en la totalidad de las escuelas de la localidad con niños y adolescentes de todos los niveles “tenemos alumnos que son ciegos, sordos, hipoacúsicos, con diferentes condiciones”, explicó. “No todos tienen el mismo acceso a la información, entonces queríamos tener esta experiencia”, agregó.
Sobre el contenido de la iniciativa que tuvo 21 funciones entre el 28 de agosto y el 4 de septiembre, contó que el foco fue percibir un relato a través de los sentidos “en un mundo tan visual e inmerso en la tencología, donde todo es a través de los ojos, para que podamos ponernos en el lugar del otro”.
La experiencia comenzaba antes de atravesar el telón de la sala: al ingresar con los ojos cubiertos, iban explorando la narrativa a través del gusto, el tacto, del oído, y el olfato.
“La roca y el viento“, obra destinada a alumnos de primaria y secundaria, relata la historia de una piedra estancada en un mismo lugar. De imprevisto y, quizás sin querer, el viento llega para cortar con la monotonía y la zona de “confort” a la que muchas veces, sin darnos cuenta que somos esa roca, estamos acostumbrados. Empieza a soplarla hacia el río, es así que mediante nuevas vivencias desarrolla una mirada diferente respecto al mundo, y empieza a encontrarse con el agua.
El equipo compuesto por 20 docentes de educación especial, incluyendo fonoaudióloga, psicopedagoga, e intérpretes en lengua de señas, utilizó diferentes técnicas. “Para representar el agua salpicábamos con difusores en la carita, para el viento ayudamos con el audio y con movimientos de aire que hacíamos con cartón”, comentó Flor.
Los profes se distribuyeron en todo el salón para que los alumnos puedan percibir la narración a través de estas sensaciones. “Probamos los animales que conoció la roca en el transito de la naturaleza: apareció el conejo y pasamos una textura suave por la piel, cuando llegó la mariposa fueron telas”, indicó la vicedirectora. Además, experimentaron con el sabor “utilizamos el algodón de azúcar para que ellos tengan la posibilidad de probar la dulzura de la libertad“, destacó.
También captaron la atención de niños y niñas de nivel inicial. “La luciérnaga aventurera” fue una puesta más visual para todos los jardines de infantes de la localidad “porque necesitábamos otro método de trabajar con los más chiquititos”, dijo.
Al consultar la motivación del grupo docente para crear estas instancias solo dijo tres palabras: “por puro amor”. Y se explayó respecto a lo que aún queda por trabajar en conjunto como sociedad, donde el norte del camino debe ser convivir y crear espacios de inclusión en los que cada individuo pueda estar inmerso en la misma igualdad de condiciones.
“Que se respete el derecho a que todos formamos parte de una misma sociedad, que todos tengamos acceso a la misma información”, planteó. Algunas de las funciones fueron abiertas al público, entonces “todos y cada uno de los chicos que fueron tuviesen o no alguna discapacidad, participaron de la misma actividad, eso nos llena de orgullo y estamos felices”, cerró.
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