“Pasión”, es el término que utiliza el Dr. Héctor Juan Bitti para definir la medicina, labor que ejerce desde 1974 en Comandante Luis Piedra Buena. Justamente, el pasado 24 de octubre, fue homenajeado en dicha localidad por nada más ni nada menos que sus 50 años de carrera.
Originario de Entre Ríos, se trasladó a la Patagonia Austral poco después de completar sus estudios universitarios. Fue en esta región donde forjó una prolífica trayectoria profesional, una familia y un valioso círculo de colegas y amigos tan aficionados al automovilismo como él.
Por esa razón, el diploma de miembro emérito de la Asociación Argentina de Cirugía que obtendrá este 16 de noviembre, es motivo de gran orgullo no solo para el médico, sino para la provincia que lo acogió: Bitti se convertirá en uno de los pocos en el país en recibir este honor y el único en Santa Cruz.
Bitti, miembro emérito de la Asociación Argentina de Cirugía
El médico -en actividad- con mayor trayectoria en la zona centro de la provincia, recibirá este reconocimiento en el marco del 93° Congreso Argentino de Cirugía, que comenzó el lunes 13 y finalizará este 16 de noviembre en Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Será en la ceremonia de clausura del evento, que tendrá lugar a partir de las 18:30 en el Buenos Aires Sheraton Hotel & Convention Center, donde se premiará la trayectoria de Bitti. Vale destacar que en 1987 fue nombrado miembro titular, y en 2017 miembro vitalicio de la Asociación Argentina de Cirugía.
En una entrevista exclusiva con La Opinión Austral, el doctor habló sobre el significado de recibir ese importante diploma, como del reciente homenaje a sus años de profesión, el amor por su trabajo, el apoyo de su familia para dedicarse a la medicina, y su fanatismo por las carreras de autos.
Bitti habló con La Opinión Austral
El reconocimiento que obtendrá este jueves se cimienta en una vocación que se gestó cuando era un estudiante de secundaria y que, luego de cinco décadas, aún mantiene intacta.
Bitti nació el 18 de diciembre de 1947 en Conscripto Bernandi, aunque vivió su niñez y adolescencia en Bovril, ambas localidades de Entre Ríos. En un comienzo pretendía estudiar ingeniería debido a su afición por el automovilismo.
“Quería correr, entonces dije ´voy a ser ingeniero y preparar un auto´”, recordó. No obstante, su perspectiva cambió drásticamente cuando su primo le informó que se había ido a estudiar medicina en Córdoba y le animó a seguir el mismo camino.
No pasó mucho tiempo para que se sintiera tentado por esta opción y, mientras cursaba tercer año del secundario, decidió convertirse en médico. “Me recibí de maestro en Bovril en 1965, y me fui estudiar a la Universidad Nacional de Córdoba en 1966”, comentó.
Sus años en la universidad los recuerda con satisfacción, puesto que allí desarrolló un incipiente interés por su profesión y consolidó un férreo grupo de colegas. “Fue hermoso estudiar medicina, ahora tengo que visitar a ocho compañeros que quedan vivos, cinco en San Juan y tres en Córdoba”, mencionó.
De esta manera, el 24 octubre de 1973, acompañado por su padre, Juan Bitti y su madre, Ana Delia Beltzer, recibió su título de Médico Cirujano. El respaldo de su familia y de la mujer que posteriormente se convirtió en su esposa, Telma Corteccia, resultaron fundamentales para que se dedicara plenamente a esta carrera. “Mi apoyo fueron mis padres, mis tres hermanas, una de las cuales murió, y mi mujer también fallecida”, dijo emocionado.
Con su recién obtenido título en mano y sin tener aún una oferta laboral, recibió una propuesta que transformaría su vida para siempre. Su suegro, Carlos Corteccia, quien vivía en Río Gallegos, le ofreció trasladarse y trabajar en la Patagonia.
“Don” Carlos -que se dedicaba a la construcción- lo acompañó en su arribo a la salud pública en Santa Cruz. En un principio, Bitti pensó que iba a instalarse en Río Gallegos. Pero ese panorama cambió cuando le informaron que debía elegir entre otras tres localidades que necesitaban médicos: El Calafate, Perito Moreno y Comandante Luis Piedra Buena.
En ese sentido, precisó que eligió la ciudad donde actualmente vive “porque estaba en la Ruta 3 y había micros dos veces por semanas, eran otras épocas”. Después de tomar esta decisión crucial que dejó una marca indeleble en su vida, el 2 de enero de 1974 arribó a Piedra Buena. “A mí me encantaba el pueblo, más lo que me dijo mi suegro, de cabeza me tiré y me fui para allá”, señaló.
Su actividad profesional inició en el Hospital Dr. Armando Zamundio, del cual llegó a ser director. Allí, se desempeñó hasta el 30 de noviembre de 2003, cuando se jubiló. “La Universidad de Córdoba te prepara muy bien, nunca tuve miedo a nada y enfrenté todo”, dijo.
Durante los primeros años en los que ejerció en la región austral del país, había tan solo dos médicos para Piedra Buena y Puerto Santa Cruz. “Intuitivo por demás”, así lo definía el doctor Dr. Raúl Paolucci, quien fue su gran amigo y colega por 30 años. Ambos formaban parte del equipo de cirugía que atendía dichas localidades santacruceñas.
“Triputti conocía a un médico del Hospital Militar de Buenos Aires que empezó a venir en avión. Juntamos a unos 15 pacientes y cada uno operaba al que le tocaba. Aprendimos muy rápido, este médico vino durante tres meses y después nos largamos solos”, sostuvo.
En la actualidad, Bitti es delegado del Consejo de Médicos de la Provincia, función que realiza desde hace 8 años. Asimismo, mantiene vigente su matrícula profesional – N°169- del Colegio Médico de Santa Cruz. En efecto, continuó trabajando en plena pandemia por COVID-19 y sigue entrando al quirófano cada vez que lo invita el doctor Triputti.
Homenaje por sus 50 años de carrera
Su imperecedera vocación se vio reflejada en el reciente homenaje que se le realizó en su ciudad por sus 50 años en la medicina. Este reconocimiento tuvo lugar en el Concejo Deliberante y luego en el Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) que lleva su nombre.
En ese marco, el doctor recordó sus años de dedicación profesional junto a colegas, amigos, familiares y funcionarios de la localidad que lo adoptó. “Yo no sabía que venía ni mi hija, ni mi nieto, ni mis dos hermanas, eso fue una sorpresa, me tendieron una trampa”, bromeó.
Además de emotivos discursos de sus allegados, el agasajado disfrutó de un video en el que se condesaron fragmentos de los lugares y personas que lo acompañaron a lo largo de estos años, principalmente su difunda esposa, Telma Corteccia, su hija Vanesa Bitti, y su nieto de 6 años, Moro.
Telma, con quien contrajo matrimonio en marzo de 1974, fue una compañera incondicional en su vida, más allá de que -según manifestó la propia hija del doctor en su homenaje- “dejó pasar muchas cosas de pareja” porque el corazón de Bitti “valía por 1000”.
Telma se desempeñó como maestra de grado durante algunos años y también se destacó en el ámbito de la danza, convirtiéndose así en una figura importante de la cultura nacional. “Ella en lo mío nunca se metió, y yo nunca me metí en lo de ella, siempre la apoyé”, expresó el doctor.
En el 2021 se impuso el nombre de la esposa de Bitti en la sala de teatro del Centro Cultural de Piedra Buena. Lamentablemente, ella no pudo llegar a ver esta distinción porque falleció en diciembre de 2021 -cuando el matrimonio estaba a punto de cumplir su boda de oro- producto de una larga enfermedad.
En octubre de 1975 nació Vanesa, su única hija que hace más de 35 años reside en Carlos Paz, Córdoba y se dedica al periodismo. Muchos años después, en diciembre del 2016, llegó al mundo su nieto Moro, a quien Bitti aspira a guiar como discípulo en el campo de la medicina.
La llegada de Fangio a Piedra Buena
Otra de sus grandes pasiones es el automovilismo. De hecho, Bitti tuvo el honor de facilitar la visita de nada más y nada menos que Juan Manuel Fangio a Piedra Buena en 1980.
En aquella ocasión, el destacado médico se trasladó a la capital santacruceña para asistir a la carrera “El Triángulo del Sur” y se enteró a través de LU12 que el piloto, ganador de cinco campeonatos mundiales de Fórmula 1, estaba por llegar a esa ciudad.
“Me fui al aeropuerto a conocerlo porque mi papá era fanático de Fangio y del Chevrolet. Cuando llegué, me crucé con el subsecretario de Salud Pública que me preguntó que hacía ahí y le contesté “vine a conocer a Fangio”. Me dijo que fuera con él que lo iba a recibir”, detalló.
Sobre este encuentro, al que definió como “una casualidad”, indicó que fue en el VIP del aeropuerto donde mantuvo una amena charla con Fangio; su protegido, Juan Manuel Bordeu; y “Chiqui” Ilhero.
“Le dije: “Señor Fangio, usted tiene una deuda pendiente con el “Chilote” Cárdenas, me contaron que en el Gran Premio del Sur rompió el block y él se lo reparó y después no volvió más a Piedra Buena”, rememoró. Agregó que, ante ese comentario, Ilhero respondió: “Las deudas se pagan, así que el lunes vamos a visitarlo”.
Bitti recordó que tras el regreso a su pueblo, comunicó la emocionante noticia a Cárdenas: “Me preguntó si necesitaba un respuesto para el auto y le comenté: ´Le tengo una mejor noticia, mañana viene Fangio a visitarlo´. Casi lo infarto”.
El diploma de miembro emérito de la Asociación Argentina de Cirugía se suma a la extensa lista de logros del Dr. Héctor Juan Bitti. A lo largo de los años, demostró su devoción por la medicina y su compromiso con la comunidad, incluso a nivel deportivo. Su reciente homenaje por sus 50 años en la profesión, marcado por el apoyo de su familia, resalta la rica carrera de este médico.
“A mí me fue bien en la medicina, pero yo me sigo ocupando bien, sino no tendría tantos pacientes. El tiempo no me interesa, las personas esperan y yo los atiendo a todos”, afirmó.
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