La hipótesis es la siguiente: un fuerza militar enemiga intenta ocupar la Patagonia y utiliza como cabeza de playa el Puerto de Punta Quilla, el Aeropuerto Puerto Santa Cruz y Piedra Buena. Por eso el Gobierno argentino debió desplegar de inmediato la Fuerza de Tarea Conjunta de Operaciones Especiales Multidominio para recuperar de manera ordenada de cada uno de los puntos estratégicos y mantenerlos operativos hasta que sean relevados por Fuerzas de Despliegue Rápido o Fuerzas de Respuesta Principal; lo que sucederá este viernes 3 de mayo, dando fin a la simulación de combate.
Para supervisar ese momento culmine, es que llegó el ministro de Defensa Luis Petri a la localidad de Comandante Luis Piedra Buena. El objetivo principal es mejorar la coordinación y accionar conjunto entre las fuerzas.
El operativo fue parte del lanzamiento de un nuevo proyecto de la Infantería de Marina que busca incrementar las capacidades actuales de reconocimiento y exploración. Se trata de la capacitación de operación de drones, la cual fue realizada por varios oficiales operadores. Los drones, además se incorporarán a la Brigada Anfibia de Infantería de Marina.
Hasta ahora, las acciones en el trabajo combinado de las tres fuerzas, alcanzaron el objetivo impuesto por el Estado Mayor Conjunto y del Ministerio de Defensa “de poner en situación real de alistamiento a todas las unidades como así también obtener las competencias necesarias para el desarrollo eficiente de los roles de combate” en una hipotética situación real. Las maniobras estuvieron a cargo del comandante operacional de las Fuerzas Armadas, General de Brigada Jorge Fabián Berredo.
Los ejercicios de situaciones de combate en la Patagonia comenzaron el 20 de abril con participación de buques, aviones, helicópteros y efectivos especializados. La fase preliminar contó con la participación de personal y medios del Ejército Argentino, Armada Argentina y de la Fuerza Aérea Argentina. Se desarrolló a lo largo de un terreno de aproximadamente 162 km2, el cuál comprende la zona delineada por el Aeropuerto, el Puerto de Punta Quilla y Piedra Buena.
Las siguientes tres fases fueron la de infiltración, ejecución y de acción en el objetivo. Puntualmente, la misión ejecutada consistió en llevar a cabo la infiltración aerotransportada de y miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la FAA en una zona previamente explorada por una fuerza de avanzada, que junto al desembarco de tropas realizado desde el componente naval apostado en las cercanías del Puerto Punta Quilla, debían comenzar una secuencia de recuperación de los objetivos estratégicos.
En este punto del ejercicio, las embarcaciones de la Armada Argentina realizaron fuego de cobertura, sumándose a ellas los ataques con medios aéreos y municiones merodeadoras a fin de saturar la capacidad de respuesta enemiga. Elementos de la Brigada con asiento en Santa Cruz participaron con todas sus fracciones de exploración y realizaron salto de paracaídas. Una vez lograda la toma del objetivo, las tropas debían mantener su control y operatividad hasta que se realizara su extracción y relevo posterior.
La presencia del Ministerio de Defensa de la Nación marcó un hito en la zona ya que la actividad realizada representó un alto grado de riesgo sin precedentes en la provincia de Santa Cruz por el nivel y cantidad de medios y participantes.
Participaron la agrupación Comandos Anfibios y la agrupación Buzos Tácticos -por parte de la Armada-; las Compañías de Comandos 601, 602 y 603, la Compañía de Fuerzas Especiales 601 y la Compañía de Apoyo de Fuerzas de Operaciones Especiales -del Ejército-; y el Grupo de Operaciones Especiales -de Fuerza Aérea-, con apoyo de helicópteros UH-1H, aviones A4-AR, IA-63 Pampa, Hércules C-130, dos buques, la corbeta ARA Robinson con helicóptero embarcado y el patrullero oceánico ARA Storni.
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