Dramáticos momentos se vivieron en la terminal de colectivos de Piedra Buena, cuando un hombre casi muere ahogado tras haberse atorado mientras estaba comiendo. De no haber sido por la rápida intervención de efectivos policiales, la historia podría haber terminado de la peor manera.

Como se sabe a partir de la nueva Ley de Seguridad Pública, firmada por Alicia Kirchner en 2016, se busca que los policías sean la primera presencia del Estado ante cualquier requerimiento de la comunidad, más allá de su intervención en hechos de inseguridad y, en esta oportunidad, se vio plasmado cómo un agente -gracias a los conocimientos adquiridos- pudo salvar la vida de un hombre que lo necesitaba.

Se trata del oficial ayudante Matías Asenjo, de 28 años, oriundo de Río Gallegos que, desde hace un año, está trabajando en la Comisaría Primera de Piedra Buena, quien logró que un vecino volviera a respirar tras haberse atorado mientras estaba comiendo.

El hecho se registró en horas de la madrugada del miércoles, alrededor de las tres, cuando el operador de la remisería ubicada en la terminal de colectivos de la localidad, se descompensó mientras estaba trabajando, él alcanzó a llamar a su esposa antes de desvanecerse por completo y la mujer llamó a la Policía para pedir ayuda.

Según pudo saber La Opinión Austral, en ese momento, Asenjo estaba realizando un patrullaje por la zona y tomó conocimiento del hecho. Junto a sus pares, se dirigieron a la terminal para resolver la situación y que ésta no pasara a mayores.

El oficial fue entrevistado por LU12 AM680 y contó detalles del dramático suceso que lo tuvo como, hasta ese momento, un héroe anónimo. “Estaba de patrullaje y desde la Comisaría nos avisaron qué estaba pasando: había un hombre desvanecido en la terminal” comenzó diciendo.

“Mientras la gente estaba llamando, pidiendo una ambulancia, nos acercamos al lugar. Se trataba del operador de la remisería. Estaba desvanecido en el escritorio, sentado contra el respaldo de la silla y tenía el pulso bajo” dijo Asenjo sobre Víctor Álvarez, el hombre que se había ahogado.

“No sentía que le saliera aire, por lo que le hice la maniobra de Heimlich, ahí fue cuando vomitó. Era la primera vez que me pasaba algo así. Es mi primer año como oficial, estaba nervioso“, contó el efectivo sobre su poca o nula experiencia y práctica de estas situaciones, pese a que reaccionó como debía.

El agente que tiene 28 años, contó lo que aprendió en la Escuela de Policía y explicó: “Se hace presión desde la espalda, en este caso yo tuve que hacerlo. Ahí el hombre tiró un respiro largo y me quedé más tranquilo. Después en el hospital nos dijeron que estaba estable. El día después fui a verlo a la casa porque cuando lo reanimamos seguía desvanecido. Para preguntarle si estaba bien” contó.

Sobre esa reunión, Asenjo dijo que Álvarez le expresó que: “Se atoró con lo que estaba comiendo, cuando estaba atendiendo llamados. Cuando lo fui a ver dijo que no me reconocía“, contó entre risas. “Le pregunté si no era un problema que tenía siempre, o fue algo que le pasó por accidente, y me dijo que fue accidental” agregó en declaraciones a la Decana de la Patagonia.

Asenjo es casi una celebridad en Piedra Buena por lo que hizo y hasta recibió felicitaciones de Jefatura de Policía. “Me llegan mensajes y ya no sé qué responder” dijo entre risas.

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