Juan Mansilla Alvarado, es oriundo de Chiloé y era explotado laboralmente desde hace veinte años en Río Gallegos en la denominada “chanchería del horror“, emplazada en las afueras de la ciudad capital. El caso conmocionó a la sociedad santacruceña y este fin de semana el hombre pudo rencontrarse con su familia.

Según pudo establecer la Justicia, Mansilla había llegado a Río Gallegos hace 20 años. Desde ese entonces, había perdido contacto con su familia, de Castro en la isla de Chiloé, al sur de Chile, quienes creían que había muerto.

El hombre que tiene retaso madurativo había sido coaptado por los dueños y había desarrollado una relación similar al “Síndrome de Estocolmo“, un fenómeno psicológico en el cual la víctima desarrolla un vínculo positivo hacia su captor como respuesta al trauma del cautiverio.

FOTOS: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

Según indicaron fuentes policiales, los dueños del lugar le decían que era su “hombre de confianza” y lo utilizaban para que les cuente información de todo lo que pasaba en el interior sobre posibles salidas de los otros trabajadores.

Vivía en un cuarto en el local, donde también habitaban otras 19 personas en condiciones de semiesclavitud. Tenían en algunos casos un tacho para hacer sus deposiciones, magros sueldos y malos tratos.

La policía lo rescató el miércoles durante un allanamiento realizado por la división Trata de Personas de la Policía de Santa Cruz, a instancias del Juzgado Federal.

Durante este fin de semana, un hombre junto a un familiar recorrió los más de dos mil kilómetros que unen Río Gallegos y Chiloé para reunirse con sus seres queridos, tras haber vivido un calvario durante las últimas dos décadas.

El caso

El predio Criasur parecía normal a los vecinos que pasaban cerca de la balanza de camiones, en las afueras de Río Gallegos. Lo que pasaba adentro era algo terrible, un gran número de personas dormía junto a los cuerpos de los chanchos que eran faenados para su venta. El caso salió a la luz en noviembre del año pasado, pero recién hace unos días, los responsables están tras las rejas.

En ese entonces, una mujer oriunda de Venezuela, que prestaba funciones como gerente y que además residía en el lugar, pudo escapar y se acercó a la Comisaría Segunda para radicar la denuncia por explotación laboral.

En esa oportunidad, el Juzgado Federal tomó cartas en el asunto y ordenó un allanamiento en el que se rescató a un total de 19 trabajadores que cumplían diferentes funciones tanto en ese predio como en una de las panaderías propiedad de un matrimonio conformado por Daniel Sarutti y Yanina Sapino.

Momentos en los que se hacía el procedimiento. (FOTO: GENDARMERÍA NACIONAL)

El 11 de noviembre, día después del procedimiento que se hizo en la chanchería, la pareja se había presentado y fijó domicilio por la causa que continuó su curso. La instrucción fue llevada adelante por el Juzgado Federal de Río Gallegos, a cargo de Claudio Vázquez y el secretario Carlos Cerezoli.

En el predio de la chanchería vivía  Juan Mansilla Alvarado, el “hombre de confianza” de Sarutti. Una persona que cuenta con una discapacidad mental y que es oriundo de Chile. Él era el encargado del lugar y quien le contaba al empresario todo lo que pasaba en el interior sobre posibles salidas de otros trabajadores.

Desde noviembre del año pasado, tras los procedimientos que realizaron las fuerzas de seguridad, la chanchería siguió operando pero bajo las órdenes de un administrador designado por el Juzgado Federal de Río Gallegos.

 

Uno de los procedimientos se realizó en una de sus sucursales. FOTOS: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

La semana pasada, el fiscal federal de turno, Julio Zárate, supo -a través del Cónsul chileno- que Sarutti se había contactado nuevamente con ese trabajador para ofrecerle otras labores. Fue entonces que el representante del Ministerio Público pidió la detención tanto del empresario como de su pareja, entendiendo que hubo un entorpecimiento en la investigación. Finalmente, el miércoles 7 de junio, ambos fueron detenidos.

Además, este fin de semana, el consulado chileno se contactó con los familiares del hombre rescatado y un ser querido lo acompañó para volver a Castro, Chiloé.

Los allegados se llenaron de sorpresa ante la noticia ya que, después de tantos años sin contacto, pensaban que había fallecido.

Cabe remarcar que el hombre rescatado tiene un problema de retraso madurativo y era una persona muy “maleable” para que los propietarios de la chanchería pudieran manipularlo. “Sufría una suerte de síndrome de Estocolmo“, indicaron fuentes judiciales sobre lo que podría estar padeciendo el hombre que no entendía bien el contexto en el que se encontraba.

Esclavitud 2.0

La explotación laboral o trata laboral es un fenómeno social que, en este tiempo, es entendido como la esclavitud 2.0. Personas en completo estado de vulnerabilidad aceptan condiciones infrahumanas para recibir sueldos sumamente bajos o solo alimentos y techo.

Este fenómeno está penado por la ley federal y, como se trata de un delito casi invisible, muchas personas aprovechan la situación de las personas desesperadas y los explotan impunemente.

Lamentablemente, no es la primera vez que se descubre un caso de estas características en Río Gallegos.  Hace no muchos años, hubo procedimientos de las fuerzas de seguridad en Río Gallegos, cuando se detectó a personas oriundas de Bolivia viviendo en condiciones infrahumanas y cobrando sueldos míseros por trabajar en una conocida cadena de carnicerías de nuestra ciudad capital.

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