Un brutal hecho de violencia se registró en las últimas horas en Río Gallegos y alertó a los vecinos de un barrio, debido a los gritos de las víctimas que rogaban por auxilio y las sirenas de móviles policiales.
El caso tiene como principal protagonista a un hombre de 60 años de edad que, con un cuchillo, atacó a sus propios familiares. El violento se encontraba fuera de sí y, además de agredir a su pareja y a una de sus hijas, luego le pegó una trompada a un efectivo de la fuerza de seguridad.
Todo se registró minutos después de comenzado el jueves en una casa del barrio APAP, fue un joven de 23 años de edad quien solicitó apoyo a las autoridades policiales cuando vio como un hecho de violencia intrafamiliar se registraba en su domicilio.
De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo saber que fue minutos después de la medianoche cuando el joven llegó a su casa, escuchó los gritos de su madre y de su hermana desde el interior pero no podía ingresar porque la puerta estaba cerrada. En consecuencia comenzó a patearla inútilmente.
En el interior de la morada estaba el protagonista de esta historia quien, bajo los efectos del alcohol, había tomado un cuchillo y agredió a su esposa de 45 años y a su hija de apenas 16 años que había intentado interceder para que cese la violencia.
En el caso intervino el personal del Comando de Patrullas y de la Comisaría Tercera de Policía. Ellos llegaron en cuestión de segundos pero se toparon con la misma dificultad que tenía el joven, no podían ingresar. En este punto, cabe remarcar que -por la Constitución Nacional- las fuerzas de seguridad no pueden entrar a un domicilio sin una orden judicial, a menos que vean que se registre un hecho que ponga en peligro a alguna persona.
Desde el interior, una de las víctimas pudo arrojar una llave para que los policías pudieran entrar, en paralelo, la mujer mayor de edad pudo escapar del calvario por otra ventana. Los agentes ingresaron pero la violencia continuaba, el cobarde agresor se resistió al arresto y, mientras forcejeaba con uno de los efectivos, le dio un golpe de puño a uno de ellos.
Luego de unos segundos, el ebrio fue reducido, esposado y luego trasladado a la dependencia policial más cercana. Tal como lo indica el protocolo para estos casos, las sobrevivientes fueron revisadas por un médico que le certificó lesiones leves, fueron llevadas al centro asistencial para ser sometidas a las curaciones correspondientes y luego trasladadas a la Comisaría de la Mujer y Familia para que radiquen la denuncia correspondiente.
En el interior de la morada, los agentes del Gabinete de Criminalística realizaron las pericias de rigor tomando una secuencia fotográfica, levantando evidencias y, según pudo saber este diario, secuestrando el cuchillo con la que el agresor habría atacado a las víctimas.
Respecto del acusado, fue llevado a la Comisaría Tercera y el Juzgado de Instrucción N°2, de turno este mes, dispuso que le realicen una extracción de sangre y de orina además que, cumplidos los plazos legales, continúe detenido
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